Los líderes empresariales saben que el crecimiento sostenible solo es posible cuando anticipan cambios inevitables en las políticas, las normas sociales y la tecnología que podrían afectar a sus empresas. Uno de los más destacados de estos llamados riesgos de transición se encuentra en el área de las emisiones de carbono y la posible introducción de un precio universal del carbono.
Dados los cambios de política inminentes en esta área, y con miras a proteger la salud y los medios de vida de los clientes y empleados, algunas empresas están experimentando con los precios internos del carbono. Es decir, algunas empresas establecen un cargo interno sobre la cantidad de dióxido de carbono emitido por los activos y proyectos de inversión para que puedan ver cómo, dónde y cuándo sus emisiones podrían afectar sus cuentas de resultados y sus opciones de inversión.
El precio interno del carbono fue un factor clave, por ejemplo, en la decisión de una compañía energética europea de cerrar varias plantas de energía, ya que el cargo interno sobre el aumento de las emisiones de carbono redujo la rentabilidad esperada de esas plantas. Mientras tanto, algunas empresas estadounidenses de servicios financieros están utilizando los precios internos del carbono para identificar oportunidades de inversión bajas en carbono y de alto rendimiento.
Para comprender mejor quién está utilizando los precios internos del carbono y en qué industrias, los expertos de McKinsey analizaron los datos de las empresas que han revelado información de sus programas internos de precios del carbono. Y la investigación revela un interés creciente y una alta variabilidad en el uso de estas cargas internas por parte de las empresas.
En concreto, el 23 por ciento de las aproximadamente 2.600 empresas cuyos datos fueron analizados, indicaron que están usando una carga de carbono interna, y otro 22 por ciento planea hacerlo en los próximos dos años. De las 100 principales empresas del conjunto de datos global (según los ingresos de 2019), las que informaron con más frecuencia que utilizan precios internos del carbono fueron las de las industrias energética, de materiales y financiera (ver gráfico). Fueron seguidos de cerca por los sectores tecnológico e industrial
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