La Comisión Europea ha abierto esta semana un procedimiento de cuatro semanas sobre el proyecto de reglas para establecer un nuevo mecanismo de financiación de la UE para apoyar proyectos de energía renovable. El objetivo principal de este mecanismo es permitir que los Estados miembros trabajen más estrechamente para alcanzar sus objetivos individuales y colectivos de energía renovable. Como resultado, también facilitará un despliegue más rentable de energías renovables en toda la UE, en áreas que son más adecuadas para él en términos de geografía y recursos naturales y, en última instancia, contribuirá a la ambición del Acuerdo Verde Europeo de lograr la UE neutralidad de carbono para 2050. El mecanismo debería estar en vigor a principios de 2021, según lo previsto en el Reglamento de Gobernanza.
"Debemos utilizar todas las herramientas que tenemos para alentar la inversión en energía renovable. Este nuevo mecanismo proporcionará otra opción para que los Estados miembros contribuyan a nuestros objetivos energéticos y climáticos, invirtiendo en lugares donde abundan los recursos renovables y desarrollarlos tiene más sentido. Es especialmente relevante en el contexto de la recuperación posterior a la crisis, donde el mecanismo podría ayudar a estimular la economía en los Estados miembros más afectados, tanto al poner en marcha proyectos a gran escala como al apoyar a las PYME locales y crear empleos", afirma la comisaria de Energía, Kadri Simson.
Los Estados miembros ya se comprometieron a cumplir los objetivos nacionales vinculantes para la parte de su energía proveniente de energías renovables para 2020. Aunque muchos de ellos no los han cumplido. Ahora, a través de sus planes nacionales de energía y clima (PNIEC), también se comprometen a cumplir una parte voluntaria de energía renovable para 2030. Y para conseguir estos objetivos Bruselas cree que es imprescindible establecer este mecanismo.
Actualmente, los Estados miembros alcanzan principalmente esta cifra en función de la cantidad de energías renovables desplegadas en su territorio a través de medidas nacionales. Sin embargo, también existe la opción de utilizar mecanismos de cooperación con otros Estados miembros (según lo establecido en la Directiva revisada sobre energías renovables ), como transferencias estadísticas o proyectos conjuntos. Por ejemplo, Luxemburgo tiene un acuerdo con Lituania según el cual las energías renovables producidas en este último cuentan para el total de energías renovables del primero. Este nuevo mecanismo de financiación abre una tercera posibilidad: los Estados miembros pueden beneficiarse colectivamente de proyectos de energías renovables financiados mediante licitaciones utilizando este mecanismo de financiación en toda la UE.
Como se describe en el proyecto de ley de implementación, este nuevo mecanismo permite a los "Estados miembros contribuyentes" pagar contribuciones financieras voluntarias al esquema, que se utilizará para ofrecer apoyo para nuevos proyectos de energía renovable en todos los Estados miembros que deseen organizar dichos proyectos.
Esto tiene la ventaja de que los países "contribuyentes" que luchan por cumplir sus objetivos pueden financiar proyectos de energías renovables en otros lugares, que cuentan para sus objetivos y son potencialmente más rentables que las energías renovables producidas en su propio territorio. Para el Estado miembro "anfitrión", la ventaja es que recibe inversión local adicional en proyectos de energías renovables y, por lo tanto, puede disfrutar de los beneficios en términos de empleo local, menores emisiones de gases de efecto invernadero, mejor calidad del aire, modernización del sistema energético y menor dependencia en importaciones. Sin embargo, no existe un vínculo directo o negociación entre los Estados miembros contribuyentes y anfitriones: la Comisión ejecuta el proceso y asigna las estadísticas.
Para que se entienda, en España se podrán construir plantas fotovoltaicas que realmente pertenezcan a Estonia, o en el Mar Báltico haya un parque eólico marino de propiedad española.
Para proporcionar incentivos tanto a los países "anfitriones" como a los "contribuyentes", el proyecto de regulación prevé que los beneficios estadísticos de estos proyectos se dividan entre los participantes, reflejando así su participación.
El proceso para establecer este mecanismo requiere que la Comisión redacte un "acto de implementación". Esto está sujeto ahora a comentarios durante cuatro semanas. Paralelamente, también se presenta a un grupo de expertos de los Estados miembros: el Comité de la Unión de la Energía. Basándose en los comentarios y en un voto positivo en el comité, la Comisión adoptará el acto de implementación. La planificación prevé la adopción entre julio y finales de octubre, a fin de permitir la participación efectiva de los Estados miembros de este nuevo esquema de ayudas desde principios de 2021.
ander
15/05/2020