Global Energy Services, GES, una de las empresas líderes en España en mantenimiento eólico, podría dejar de pertenecer al fondo de inversión 3i, una sociedad británica de capital riesgo. Según ha podido saber este diario, el grupo industrial Cristian Lay está interesada en comprarla. Ya se ha producido la reunión con BBVA, entidad encargada por 3i para buscar un comprador, y en los próximos días se reunirá con el fondo para iniciar las negociaciones.
Ya os contamos que el pasado 30 de julio la compañía solicitó un preconcurso de acreedores al llegar a una situación financiera limite. Su deuda asciende a 15 millones de euros con los acreedores y la circulante está entorno a los 23 millones de euros, unas cifras astronómicas respecto al tamaño de GES.
Y todo pese a los esfuerzos que el fondo de inversión británico ha realizado en los últimos 10 años, tras comprar GES en 2006 a Gamesa Energía Servicios, S.A y Siemsa Este, SA. Entonces asumió una deuda financiera de 100 millones de euros con el objetivo de pagar el servicio de la deuda y la reducción de deuda hasta hacerla descender a más de la mitad (hasta los 40 millones de euros).
Sin embargo, el quid de la cuestión está en un préstamo participativo que no ha supuesto ninguna salida de caja de la compañía. Y aunque no ha dañado su posición financiera, la remuneración se ha ido acumulando en forma de capital y solo se pagará en el caso de una venta. En este sentido, 3i no ha obtenido ningún retorno en los 10 años que lleva en la compañía y, en caso de insolvencia o concurso, el capital acumulado a este respecto se perdería. **** Y ésa podría ser la principal razón por la que el fondo quiera vender antes de llegar a la fecha límite del concurso de acreedores. De hecho, fuentes cercanas a la compañía aseguran que 3i ya no quiere quedarse en España, "solo ha sido protagonista en los medios de comunicación por la venta de activos en cartera que no han hecho sino engordar las especulaciones sobre un abandono por parte de 3i de nuestro país".
Si las negociaciones con Cristian Lay no llegan a buen puerto, a GES le quedan todavía tres meses por delante para plantear un plan de viabilidad y evitar el temido concurso de acreedores. Pero "si una empresa como GES llega a ese punto se muere. No tiene más que mano de obra y conocimientos, no tiene activos para sanear sus deudas y salvarse", añaden conocedores.
El grupo industrial Cristian Lay
La trayectoria del posible comprador, empresa líder de venta por catálogo y primer fabricante que hace su propia bisutería en Europa, es digna de ejemplo. Lo que empezó siendo un pequeño negocio de diseño de joyería en 1981 en Jerez de los Caballeros, Badajoz, ya es todo un grupo multinacional. Ha conseguido implantarse en unos veinte países y ha diversificado sus actividades, llegando a comprar, hace tan solo dos años, dos fábricas del sector químico en Cataluña, IQA, en Tarragona, y Artenius, en El Prat de Llobregat.
Por el momento, su entramado empresarial es admirable. Fabrica productos cosméticos y de higiene personal, envases y embalajes de cartón ondulado, cuenta con plantas fotovoltaicas, gestiona la distribución de gas natural en buena parte de las ciudades extremeñas además de su transporte a través de gasoductos y una explotación ganadera focalizada en la venta de jamones y embutidos ibéricos.
No es de extrañar, por tanto, que GES haya despertado su interés.
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