Si alguien pensaba que los cambios en la retribución a las renovables era un producto 'made in Spain' se equivocaba. Algo parecido a lo que ocurrió en 2012 en España, cuando el gobierno decidió recortar las primas, podría pasar ahora en Francia. Y eso afectaría directamente a un proyecto eólico marino que Iberdrola ganó en licitación en 2012.
En abril de ese año, justo antes de las elecciones presidenciales francesas, el gobierno de Fillon otorgó la construcción de cuatro parques offshore: en Fécamp, Courseulles y Saint-Nazaire, los tres adjudicados a EDF, y el de Saint-Brieuc (Côtes-d'Armor), que se otorgó a Iberdrola.
Dos años después, en mayo de 2014, hubo una segunda licitación, donde GDF Suez (ahora Engie) ganó otros dos proyectos, frente a Tréport (Seine-Maritime) y Noirmoutier (Vendée). Por desgracia, nada se ha hecho aún. Con aproximadamente 2.000 millones de euros de inversión cada uno, los parques, con una potencia de entre 450 y 500 MW y entre 60 y 80 aerogeneradores, están esperando ahora a ver qué ocurre porque el Gobierno francés plantea ahora un cambio en la regulación.
El estado garantizó entonces la compra de electricidad por más de veinte años a un precio que giraría alrededor de 200 euros por megavatio hora (MWh), pero con el paso de los años, las mejoras tecnologías y la caída de los costes, ese precio es ya dos veces más costoso que la eólica terrestre, y en el mar las máquinas funcionan el doble (aproximadamente del 50 al 60% del tiempo a plena capacidad). Por eso, el gobierno francés ha hecho suya la frase 'donde dije digo, digo Diego', y ahora quiere rebajar esos precios.
La Administración Macron quiere renegociar y posiblemente cancelar esos proyectos eólicos marinos. Según el diario francés Les Echos, el gobierno, dentro de un paquete de leyes presentado al Senado el pasado 9 de marzo, ha incluido una enmienda que propone la renegociación o la posible cancelación de las adjudicaciones de licitación de los seis parques. El proyecto de ley señalaba que, dado que el progreso tecnológico había conducido a una caída sustancial en los costes, el estado podría querer renegociar los términos. Si eso no fuera posible, podría cancelar los proyectos y lanzar nuevas licitaciones. Por el momento, la enmienda apunta a la energía eólica marina, pero el gobierno podría cuestionar otros proyectos renovables que estén en la misma situación.
La cancelación de los proyectos se haría mediante un decreto que derogaría la autorización previa para explotar y las concesiones de uso del dominio público marítimo que estuvieran relacionados con el proyecto. Además, esta decisión no daría lugar a ninguna compensación adicional, pero el candidato sería compensado por todos sus gastos incurridos.
Ante esta decisión, la industria eólica ha dicho que si el gobierno quiere renegociar esos términos de la licitación, sería una mala señal para la inversión en la industria. Según la Asociación Eólica Francesa, "más allá de la energía eólica, todos los sectores de las energías renovables serían penalizados por este cambio de tendencia. Con esta decisión, el gobierno rompe con lo acordado anteriormente. Es un mensaje negativo que socava la competitividad del sector y socava la confianza de los desarrolladores que se hayan presentado a las licitaciones del gobierno. Además, se debilita el empleo y los compromisos industriales realizados".
"Justificando los nuevos tiempos, no es razonable pedir a los ganadores que esperen recibir lo que se está pagando en otros países europeos donde la industria está madura (como Alemania, Dinamarca, Gran Bretaña, Holanda), es decir, pasar un precio de 180-200 euros a 50 euros por megavatio hora", explicaba Gwenaelle Huet, directora ejecutiva de Energía Renovable de Engie Francia a un diario francés.
"Hoy, los actores de la transición energética necesitan, sobre todo, visibilidad y estabilidad, tanto regulatoria como económica, y especialmente con respecto a las inversiones industriales a largo plazo. La visibilidad de los últimos años ha dado lugar a importantes mejoras en la competitividad de la energía eólica, y las incertidumbres del pasado han aumentado las demoras, aumentado los costos y han obligado a los inversores a huir", ha recalcado la patronal de la industria eólica.
Parque eólico marino de Iberdrola
El proyecto offshore de Saint Brieuc Bay que ganó Iberdrola, asociado con RES y Caisse des Dépôts, se otorgó en 2012 tras una convocatoria emitida por el Estado en 2011. Para ello, se creó una sociedad anónima, Ailes Marines, propiedad en un 70% de Iberdrola, con la que se garantizaba el desarrollo, la construcción y la operación del futuro parque.
El parque, cuya puesta en servicio estaría programada para 2020, consistiría en 62 aerogeneradores Adwen de 8 MW, con una capacidad total de 496 MW. Las turbinas ocuparían un área de 75 km2 y la turbina eólica más cercana se ubicaría a más de 16 km de la costa. La producción energética esperada sería de 1.850 GWh.
Sin embargo, la decisión del Gobierno francés podría dar al traste con este proyecto. Según fuentes de la compañía, "por el momento hay mucho ruido y estamos a la espera de ver lo que se decide, pero no hay nada definido aún".
El Plan Estratégico de Iberdrola incluye conectar este parque en 2022, y comenzar las obras en 2020, pero por el momento todo está paralizado.
Luis
14/03/2018