El secretario de Estado de Energía, José Domínguez, ha indicado este que no está en los planes del Gobierno prorrogar las licencias para las centrales nucleares, pero sí negociar para que el cierre sea "de acuerdo" con las empresas y "escalonado", con garantías para los desmantelamientos.
"Se podrían prorrogar, pero no es lo que contemplamos; lo que sí contemplamos es un cierre escalonado", ha dicho en conversación con periodistas en un hotel de Madrid tras la apertura del vigésimo Encuentro del Sector Gasista organizado por el diario Expansión.
Este diario ha contado este jueves que los planes del Gobierno era cerrar las nucleares a posteriori del carbón. Fuentes del Gobierno explicaron a este diario que llevar el cierre de térmicas y de nucleares a la vez no iba a ser posible.
El secretario no ha podido escurrir más el bulto y ha querido dejar clara la postura que no es otra que mantener la palabra dada por la ministra Teresa Ribera de cerrar las nucleares cuando termine su vida útil a los 40 años.
Domínguez ha señalado que "antes de 2030" dejarían de operar todas las nucleares (en 2028 concluirá la última licencia en vigor, la de la manchega de Trillo), aunque ha recordado que en todos los casos le siguen procesos de desmantelamiento de varios años.
"Las nucleares tienen una fecha de diseño de 40 años, pero hay que hacerlo compatible con un cierre ordenado y con las capacidades que tenemos en España. Tiene que ser una oportunidad para la industria española en su actividad", afirmó. "Antes de 2030 habremos cerrado, pero luego viene un proceso que va a ir marcando la capacidad industrial y las condiciones de seguridad que marque el CSN", añadió.
Sobre las centrales térmicas, ha apuntado que 9 de las 14 existentes tendrán que cerrar antes de junio de 2020 al no haberse acondicionado, y las 5 restantes "difícilmente permanecerán muchos años más en el mercado, en relación a los precios que tenemos".
Las cinco centrales térmicas convencionales que seguirán activas dentro de veinte meses serán la almeriense de Litoral (Endesa); la gaditana de Los Barrios (Viesgo); la coruñesa de As Pontes (Endesa), y las asturianas de Aboño y Soto de Ribera (ambas de EDP).
En su conferencia previa, Domínguez ha expuesto que España tiene ahora una "situación holgada" en cuanto a sus capacidades gasistas, por lo que "no hay una necesidad acuciante" de nuevas infraestructuras, pero sí existen retos para el sector gasista en la transición energética.
El sector gasista, en opinión de Domínguez, tendrá que "estar basado en gas renovable y en hidrógeno", con el compromiso de "llegar al 2050 con cero emisiones".
Así, "los primeros años van a ser favorables", por la sustitución del carbón, pero tendrá que hacer también "una rápida transición tecnológica" hacia los gases renovables, y el uso de hidrógeno en el transporte pesado de mercancías y en la navegación marítima.
Domínguez ha subrayado que el proyecto de ley de cambio climático presentado esta semana por el Gobierno marca el camino para la transición energética y la electrificación de la economía, con el horizonte de que en 2030 el 35 % del mix energético proceda de renovables, así como el 70 % del sistema eléctrico.
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