El cierre de las centrales nucleares tendrá que esperar. De momento. El Gobierno tiene claro que las nucleares no son para el siglo XXI y que más pronto que tarde echarán el cierre. Pero los planes anunciados por la ministra Teresa Ribera de cerrar las nucleares a los 40 años de vida se tendrán que retrasar algunos años.
Fuentes internas del Gobierno aseguran a este diario que "cerrar todo a la vez no es posible", en referencia a que no se puede llevar a cabo en pocos años el cierre tanto de las centrales térmicas de carbón como de las nucleares.
El plan que maneja el Gobierno es que primero sean las térmicas y luego las nucleares. Aunque no están decididas aún las fechas, el Ministerio que dirije Teresa Ribera negocia con las compañías eléctricas propietarias de las centrales nucleares (Endesa, Iberdrola y Naturgy) como se podría llevar a cabo este plan de cierre que sería escalonado y que se extendería más allá de 2030.
Lo que sí tiene claro el Gobierno es el cierre de las térmicas de carbón. 2025 es la fecha tope para algunas de ellas, concretamente para cinco, pero hay otras nueve que se desconectarán antes de 2020 o en ese año como tarde.
La extensión de la vida útil de las nucleares no es un plato de buen gusto por parte del Gobierno, que quiere cerrarlas a toda costa, pero las cuentas no salen. La clave está en el deficitario fondo para el desmantelamiento de las centrales. De momento no hay tanto dinero como se preveía y se necesita ganar más tiempo para obtener la cantidad suficiente para afrontar el reto.
El Gobierno ya ha anunciado que prepara un nuevo Plan Nacional de Residuos Nucleares. En él irá incluido cómo seguir financiando el fondo de Enresa, empresa que se dedica, entre otras cosas, a la gestión de los residuos y al desmantelamiento de las centrales. Una operación que no es nada fácil, solo hay que ver lo que está sucediendo con la central burgalesa de Garoña.
https://elperiodicodelaenergia.com/enusa-confirma-que-no-esta-previsto-el-cirre-de-centrales-nucleares/
Aparte, el cierre tanto de las térmicas como de las centrales nucleares acarrea un doble problema si se lleva a cabo a la vez. Uno, que el precio de la electricidad se dispararía y dos, las emisiones aumentarían.
El encaje de bolillos no es nada fácil. Y la medida tiene todo el sentido. Mientras cierra carbón y nucleares tiene que ir retroalimentando al sistema eléctrico con nueva generación renovable.
El Gobierno ha anunciado que hará subastas de renovables desde 2020 a razón de un mínimo de 3.000 MW anuales hasta 2030. Esto sería un mínimo de 30 GW adicionales de renovables, buena parte de ellos de fotovoltaica. Esto conllevaría que las renovables cubrirían el 70% del mix.
Según un informe del banco suizo UBS, del que se hace eco el portal Montel News, este plan del Gobierno haría viables las centrales nucleares durante ocho años más. Teniendo en cuenta que la primera central nuclear en cumplir 40 años es Almaraz en 2021 y que la última cerraría en 2028, las centrales nucleares podrían seguir activas incluso más allá de 2035.
En ningún caso la extensión de la vida útil será de otros 20 años, incluso se estudia la posibilidad de que no sean ni 10 años. Fuentes del mercado señalan que en el término medio está la virtud y que podría ser unos 7 u 8 años como mucho más de vida útil para cada central.
Pero esto no significa que vaya a ser así. El Gobierno mantendrá unos años más las nucleares pero la medida será flexible y revisable en años venideros pudiéndose acelerar si hiciera falta. Lo que está claro es que todo a la vez no es posible si se quiere tener una energía barata, segura flexible y limpia.
Manuel Garcia
15/11/2018