El Gobierno de Pedro Sánchez acaba de finiquitar de un plumazo cualquier atisbo de que la energía nuclear fuera a poder sobrevivir más allá del calendario de cierre.
El Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), ha aprobado hoy el Séptimo Plan General de Residuos Radiactivos (PGRR), documento en el que se establece la política del Gobierno en materia de gestión de los residuos radiactivos, incluido el combustible nuclear gastado, y del desmantelamiento y la clausura de las instalaciones nucleares.
Con esta aprobación, el Gobierno mantiene el calendario de cierre de las centrales nucleares entre 2027 y 2035. El próximo año tiene que iniciarse el proceso para apagar la primera central, que será Almaraz I en otoño de 2027.
Medidas aprobadas
El Plan aprobado este miércoles contempla un escenario de referencia que incluye:
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Cese de la operación de las centrales nucleares entre 2027 y 2035. Según el 6º PGRR la parada definitiva de las centrales que están en operación se hubiera producido, a los 40 años de vida útil, entre 2021 y 2028.
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Inicio del desmantelamiento de las centrales nucleares a los tres años de su cese de operación definitivo, excepto Vandellós I (parada desde 1989 por un accidente grave), cuya última fase se ejecutará a partir de 2030.
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Continuidad de la operación del centro de almacenamiento de El Cabril (Córdoba) para residuos de media, baja y muy baja actividad, hasta completar el desmantelamiento de las centrales, como ya estaba planificado en el 6º PGRR.
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Continuidad de las actuaciones para ampliar la capacidad de los Almacenes Temporales Individualizados (ATI) para el combustible gastado en las centrales nucleares, que permitan su explotación y su desmantelamiento, como ya estaba previsto en el 6º PGRR.
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Puesta en marcha de siete Almacenes Temporales Descentralizados (ATD) en los emplazamientos de las centrales nucleares, para el combustible gastado y los residuos de alta actividad, hasta su traslado al almacenamiento definitivo. El ATD de cada central estará formado por su ATI más una nueva instalación complementaria o medidas adicionales, que permitan realizar las operaciones de mantenimiento de los contenedores en los que se almacena el combustible gastado cuando la central deje de estar operativa.
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Almacenamiento definitivo del combustible gastado y los residuos de alta actividad en un Almacén Geológico Profundo (AGP), que es la solución técnica que ya estaba prevista en el 6º PGRR y que ha sido elegida por los países más avanzados en esta materia. El 7º PGRR establece una hoja de ruta para que España pueda disponer de un AGP, asegurando un proceso previo de información y participación pública, a semejanza de los desarrollados en los países europeos que ya han decidido el emplazamiento de sus AGP, como Finlandia, Suecia, Suiza y Francia.
Subida de la Tasa Enresa
En total, el 7º PGRR prevé unos costes futuros de 20.220 millones de euros que, de acuerdo con el principio de ‘quien contamina, paga’, se sufragarán con el Fondo para la financiación de las actividades del PGRR, gestionado por Enresa y dotado con las aportaciones económicas de los titulares de las instalaciones nucleares.
De esta manera, la Tasa Enresa se va a encarecer por lo que la fiscalidad se incrementará para las compañías eléctricas, justo lo contrario que pedían para poder mantener operativas las centrales nucleares durante más años.
Ahora, con este PGRR aprobado, salvo milagro, las centrales nucleares se verán abocadas a su cierre porque serán inviables económicamente.
Asimov
27/12/2023