El enfrentamiento entre los trabajadores de la fábrica de León de Vestas y la dirección no puede estar más enrocado. Las posiciones no se han acercado ni un milímetro y ambas partes han mantenido sus propuestas como inamovibles. Una de las reivindicaciones de los trabajadores era que la multinacional danesa cediera gratuitamente sus terrenos e instalaciones a un nuevo inversor industrial, pero se ha negado en redondo.
Por eso, los trabajadores ahora solo les queda mirar hacia una dirección: a las Administraciones regional y central. En un comunicado, CCOO señala que quien debe tomar cartas en el asunto es el Ministerio de Industria o incluso el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. “Debe de tener el compromiso de no permitir en lo que se puede convertir la provincia de León” con el “absoluto” desmantelamiento industrial, con la situación de la minería, las centrales térmicas y ahora también las renovables, han dicho.
Sin embargo, parece que el interés del gobierno se ha desinflado en las últimas semanas. Después de que se anunciase un acuerdo con la multinacional Vestas el pasado 19 de septiembre, cuando todavía no se había firmado, el proceso se ha quedado en 'stand by'. Y eso que, al rectificar, dijeron que se iba a perfilar ese acuerdo “en las próximas horas o días” porque “a veces son más laboriosos de lo que inicialmente se preveía”.
Pero los flecos tardan en llegar. Según han reconocido fuentes del Ministerio de Industria a El Periódico de la Energía, "todavía no se tiene prevista ninguna reunión con representantes de Vestas". Lo que sí está haciendo la ministra del ramo, Reyes Maroto es trabajar con la Junta de Castilla y León en la búsqueda de un nuevo inversor y que a la multinacional danesa no le salga "gratis" dejar León después de las numerosas ayudas públicas recibidas, según anunció durante un desayuno informativo organizado en Madrid por Nueva Economía Fórum el lunes pasado,
"Esperamos llegar a un acuerdo, vamos por buen camino y quedan flecos por cerrar", dijo entonces la ministra.
"La verdad es que no hay ninguna reunión prevista porque el gobierno se ha desentendido", explican fuentes sindicales a este diario, "ha sido todo una fachada electoral, lo que demuestra que les interesa más la imagen que buscar una solución para salvar la fábrica".
El próximo 10 de octubre es la fecha tope que Vestas ha puesto para tomar una decisión consensuada con los trabajadores, porque será entonces cuando se deberá suspender la huelga indefinida que se mantiene desde julio pasado y terminar con los pedidos pendientes. Además del desacuerdo respecto al futuro de los terrenos e instalaciones de la fábrica de León, está la diferencia en la indemnización (33 días por año trabajado propone la eólica, 87 los trabajadores), la edad límite de prejubilaciones (61 años dice Vestas, 54 los trabajadores), el cierre definitivo de la planta (31 de diciembre de este año y 30 de junio de 2019 respectivamente), entre otros.
Aún así, los cerca de 600 trabajadores que se ven afectados por el cierre de la fábrica de nacelles mantendrán levantado el campamento instalado ante la factoría hasta que consigan una solución a su problema.
Sin una alternativa, el cierre de la planta de Vestas en León sería "catastrófico" y el "detonante" de un conflicto "asegurado", ha advertido el secretario de CCOO en Castilla y León, Vicente Andrés.
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