El Gobierno español queda en ridículo al no acudir a la inauguración de la construcción del gasoducto TAP

Tesalónica, Grecia. Este martes se celebraba por todo lo alto el inicio de la construcción de uno de los mayores proyectos energéticos de la Unión Europea, el Gasoducto Transadriático, también conocido como TAP, en el que participa con un 16% la española Enagás.

Allí se dieron cita los gobiernos de todos los países implicados en el proyecto, menos uno. El español. Alexis Tsipras, primer ministro griego hizo de anfitrión ante las autoridades, entre los que se encontraban el primer ministro de Georgia, Georgi Kvirikashvili, el vicepresidente primero del Gobierno de Azerbaiyán, Yaqub Eyyubov , el viceprimer ministro de Albania, Niko Peleshi, el vicepresidente de la UE para la Unión de la Energía, Maroš Šefčovič, el enviado especial de Estados Unidos y Coordinador Internacional de Energía, Amos Hochstein, el ministro de Energía de Turquía, Berat Albayrak, el ministro de Desarrollo Económico de Italia, Carlo Calenda , el ministro de Energía de Bulgaria, Temenuzhka Petkova, así como el secretario de Estado de Energía de la Oficina Federal Suiza, Walter Steinmann.

Todos menos España. El Gobierno español ha dejado en la estacada a una empresa de la categoría de Enagás en uno de los mayores proyectos energéticos del Viejo Continente. Además de dar una mala imagen ante otros miembros y socios de la Unión Europea así como con la Comisión Europea, representada con el vicepresidente energético Sefcovic.

A pesar de que parte del Gobierno en funciones se encuentre en Cuba, con el ministro de Exteriores, García-Margallo, la de Fomento, Ana Pastor, y el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, es imperdonable que un Gobierno, incluso estando en funciones, no haya enviado ni al agregado comercial o al cónsul a un acto protocolario de esta importancia. ¿Dónde están De Guindos o Alberto Nadal?

Ahora que están en juego muchos miles de millones en proyectos energéticos de gran calado, España se permite el lujo de hacer un feo a la Comisión. Importantísimos proyectos de interconexión están en manos de la Comisión, a la que seguro que se le pedirá que vengan a inaugurar los mismos en el caso de que salgan adelante.

Un nuevo despropósito del Gobierno. Un nuevo fallo del que esperemos no haya muchas consecuencias.