Con el paso del verano, vuelve de nuevo a la palestra el debate sobre la interrumpibilidad, un concepto que para unos es una ayuda encubierta del Gobierno a la industria electrointensiva y para otros es el seguro que hay en el mercado para poder actuar sobre el sistema eléctrico.
Y es que la subasta que se organiza a tal fin es un mecanismo de capacidad, y como tal, entra dentro del paquete de ayudas del sector eléctrico que pagan todos los consumidores, por lo que cuestionarse interrumpibilidad sí o no incumbe al bolsillo de los ciudadanos.
Pero este año, salvo sorpresas de última hora, se celebrará la subasta y se la espera para noviembre aunque con novedades. Según ha podido saber El Periódico de la Energía, “pronto se conocerán los detalles cuando se publique en el BOE pero el Gobierno está estudiando quitar una parte de los 550 millones que otorgó a la industria electrointensiva en la subasta del año pasado, es decir, reducir la partida millonaria y que la otra parte sea vía impuestos o vía peajes”, señalan fuentes del sector.
El objetivo es, en cualquier caso, que la tarifa eléctrica no penalice a este sector industrial tan sensible a los precios de la luz y que repercuta en la competitividad respecto a sus homólogos europeos. Pero, aún así, “se tiene que rediseñar la subasta de interrumpibilidad porque la Unión Europea ya está mirando y no con buenos ojos lo que se está haciendo en nuestro país, así que el Gobierno va a reducir la partida porque con tantos millones en juego es más difícil justificar esta subasta de cara a la Unión Europea sin que parezcan ayudas de Estado”, añaden las fuentes.
No le parece que sea así al consejero de Empleo, Industria y Turismo de Asturias, Isaac Pola. De hecho para él los cambios en la subasta serán justo todo lo contrario, con una nueva partida que compensará los costes vinculados a los peajes, mantiendo el resto tal y como está.
Y mientras la CNMC se cuestiona si la única solución para el mantenimiento de la industria es la subasta del servicio de interrumpiblidad.
La subasta de interrumpibilidad vive otro año más el día de la marmota. El año pasado el anterior secretario de Estado de Energía y hermano del actual ministro ya apretaba a la gran industria para reducir el precio de salida de los bloques en la subasta de noviembre pasado. Ahora se da otro giro más de tuerca para evitar que Bruselas nos llame la atención pero la industria electrointensiva siga contenta.