La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, lo ha dejado claro ante el Parlamento. Una de sus prioridades es aprobar un marco normativo para acelerar la transición ecológica y como "país rico que somos con un potencial inmenso en renovables", ha dicho que va a hacer una "apuesta decidida por las renovables".
No es solo una decisión de la ministra. Hay que cumplir los objetivos marcados por la Unión Europea de penetración de tecnologías limpias y que puedan ir sustituyendo progresivamente al cierre de las centrales de carbón y las nucleares. Por eso, fuentes del sector energético han asegurado a El Periódico de la Energía que "Teresa Ribera tiene planeado organizar al menos una subasta de renovables al año, aunque no cierra la posibilidad de que haya varias, pero eso sí, de unas dimensiones más reducidas que las dos últimas organizadas por el anterior ministro, Álvaro Nadal".
Los objetivos europeos para 2030 suponen en la práctica que se deben instalar unos 40.000 nuevos megavatios, o lo que lo mismo, un 40% más de la capacidad del sistema eléctrico a día de hoy. Una transición que según el informe de la Comisión de Expertos rondaría los 35.000 millones de euros.
"Que el Gobierno organice nuevas subastas de renovables es siempre una buena noticia", explica a este diario José María González Moya, director general de APPA, "todavía hay mucho margen para nuevos proyectos y hay promotores interesados en seguir invirtiendo en el sector, pero más importante que se organicen subastas es que se calendaricen para que estos promotores puedan planificar y decidir si llegan a tiempo para participar a una o a otra, a diferencia de lo que ocurrió en las tres últimas, que había que ir sí o sí ante la incertidumbre de saber si se convocarían nuevas en el futuro".
También el responsable de APPA espera que el diseño de estas nuevas subastas difieran de las anteriores, "que estaban diseñadas con un alto nivel de complejidad, cuando lo más sencillo es poner una retribución al MWh y que a partir de ahí los participantes pujen para ofrecer el mejor precio".
El Ministerio ya ha dejado caer que su intención es introducir cambios importantes respeto a estas subastas convocadas por Nadal, porque su objetivo es que sean "homologables internacionalmente para enviar señales claras al mercado". Queda por saber si Ribera es partidaria de una subasta con neutralidad tecnológica o por fuente de generación.
Este modelo de subastas que planea el Ministerio de Teresa Ribera es muy parecido a lo que se ha hecho en Francia, sobre todo por el tamaño de las licitaciones. De un total de 3.000 MW eólicos, el país galo lo ha repartido en seis subastas en los próximos tres años, cada una por 500 MW de potencia.
Otro tanto ocurre con la solar. También se trata de seis licitaciones de 500 MW que se llevan a cabo entre 2017 y 2020. Durante cada una de las seis rondas de 500 MW, 300 MW de potencia se reservarán para parques solares más grandes de 5 MW, mientras que 135 MW de capacidad serán para las plantas con una capacidad de entre 500 kW y 5 MW. Los 65 MW restantes se ofrecerán a los desarrolladores que construyan sistemas fotovoltaicos en aparcamientos, siempre que estén dimensionados entre 500 kW y 10 MW.
Incluso ha organizado subastas para los pequeños productores solares y los autoconsumidores, que de llevarse a cabo en España, podría satisfacer a las demandas de los socios de la asociación fotovoltaica Anpier. En marzo de 2017, el regulador energético francés CRE convocaba la primera licitación para proyectos de energía renovable comerciales para el autoconsumo. La oferta estaba abierta a las instalaciones fotovoltaicas en azotea y otros proyectos de energía renovable con una capacidad de entre 100 kW y 500 kW. Unas subastas que se extenderán por un período de 3 años y que sumarán un total de nueve convocatorias separadas para la presentación de propuestas de proyectos. La primera convocatoria se cerró el 27 de septiembre de 2017, mientras que la fecha límite para la última será el 20 de mayo de 2020.
Habrá que tomar nota.
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