A Angela Merkel poco a poco se le está descubriendo su lado más oscuro. Ese lado que está más cercano a su potente industria del carbón y del automóvil. Es decir, la que no pretende reducir tanto las emisiones y que deja a su lado más verde con los mofletes sonrojados.
La canciller alemana no quiere oír hablar de que la Unión Europea se ponga nuevos objetivos de reducción de emisiones más ambiciosos. El comisario de Energía y Clima, Miguel Arias Cañete, ha puesto sobre la mesa un nuevo objetivo de reducción de emisiones para 2030. Que pase del 40% al 45%. Y a Merkel le ha sentado mal.
“No estoy particularmente contento con estas nuevas propuestas”, dijo. “Creo que primero deberíamos cumplir los objetivos que ya nos hemos propuesto. No creo que fijarnos permanentemente nuevos objetivos tenga sentido”.
Según Merkel, los países de la UE ya están trabajando para reducir las emisiones y que sería contraproducente elevar esos objetivos. Tratándose de un país que necesita el carbón como el comer en su mix energético, que prepara la entrada de nuevos gasoductos y que posee una potente industria del automóvil se ve complicado poder cambiar los estándares de emisiones de la noche al día.
Merkel se quita así la careta y deja claro que su plan de reducción de emisiones tendrá que ir a la velocidad que crea que pueden cumplir. No quiere que le sonrojen la cara de nuevo por incumplir lo pactado. Y es que Alemania ya tuvo que decir este año que no alcanzaría su objetivo de emisiones para 2020 y que lo retrasaría unos años. Un capítulo que Merkel no quiere que se repita y por eso apuesta más por el 40% para 2030. Poco a poco.
Contrasentido
Lo chocante es que la canciller alemana reconoce a su vez que el cambio climático también se está produciendo en la Unión Europea. Según cuenta Reuters, las temperaturas sofocantes de este verano en toda Europa han reavivado el debate sobre el clima, con temperaturas récord en todo el continente que provocan el deshielo en el Ártico y desencadenan incendios forestales en toda la UE.
“Un verano no lo expresa por sí solo, pero la acumulación de condiciones climáticas extremas y el aumento de las temperaturas muestra que el cambio climático no es solo en África, el Ártico y la Antártida, sino también aquí”, dijo Merkel.