El próximo 1 de octubre de 2025 se producirá un hito en el mercado eléctrico europeo: la entrada en vigor de la negociación cuartohoraria en el mercado diario. Tras varios aplazamientos y meses de pruebas técnicas, llega el momento en que productores, comercializadoras y operadores comenzaremos a negociar en intervalos de quince minutos en lugar de hacerlo en tramos horarios, como hasta ahora. Aunque pueda parecer un cambio meramente técnico, en realidad supone una transformación profunda en la forma en que se casa la energía y se forman los precios, y abre un capítulo nuevo en la integración de renovables y en la eficiencia del sistema.
Este paso responde a una obligación regulatoria europea, pero también a una necesidad evidente. La demanda y la generación de electricidad no se mueven a saltos de sesenta minutos, sino que fluctúan en intervalos mucho más cortos. Un aerogenerador puede ver caer su producción en un cuarto de hora si cambia el viento, y una ola de calor puede disparar el consumo en cuestión de minutos. Reflejar esas variaciones en el mercado no solo es lógico, sino imprescindible para mejorar la seguridad del suministro y la eficiencia económica del sistema.
La transición, sin embargo, no ha sido sencilla. Aunque los operadores de mercado, como OMIE en el caso ibérico, y los operadores del sistema, como Red Eléctrica, habían superado satisfactoriamente la mayor parte de las pruebas, la plataforma EPEX SPOT, que concentra algunos de los principales mercados europeos, advirtió de fallos y votó en contra de la entrada en vigor el pasado 11 de junio.
En los ensayos se detectaron disociaciones inesperadas en cerca del 20% de los casos, lo que obligó a posponer la fecha hasta este otoño. La decisión, aunque frustrante para muchos agentes, fue sensata, ya que hablamos de un sistema que coordina 27 mercados interconectados y que maneja un volumen gigantesco de energía, por lo que asegurar su robustez era condición necesaria antes de dar el salto.
Una precisión que cambia el mercado
La principal novedad del mercado cuartohorario es la precisión. Con una resolución de quince minutos, los precios reflejarán de manera mucho más fiel la realidad física de la red, lo que permitirá reducir los desvíos y, en consecuencia, los costes asociados. El operador del sistema tendrá una visión más exacta de la generación y la demanda en cada momento, lo que contribuirá a una gestión más segura. Y, sobre todo, la integración de tecnologías renovables será más natural, porque su carácter intermitente encaja mejor en intervalos cortos de programación.
Este cambio también trae consigo una oportunidad para nuevas soluciones de flexibilidad. El almacenamiento, la respuesta activa de la demanda o el autoconsumo tendrán más margen para optimizar su participación en el mercado y aprovechar los momentos de precio más conveniente. En definitiva, se abre la puerta a una gestión más dinámica y eficiente de la electricidad.







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