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El mercado mexicano de gas y electricidad pierde impulso: las exportaciones por gasoducto no alcanzan niveles máximos, pero todo apunta a una recuperación

En mayo, las exportaciones alcanzaron los 7.300 millones de pies cúbicos al día (bcfd), mientras que en julio se situaron justo por debajo de los 6.900 bcfd

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Las expectativas iniciales de un sólido crecimiento estacional y estructural en el mercado mexicano del gas y la electricidad han experimentado un descenso debido a una serie de factores, entre ellos las condiciones meteorológicas, según afirma Wood Mackenzie en el informe “El mercado mexicano del gas y la electricidad pierde impulso: ¿hay perspectivas de recuperación?”. Esta tendencia pone de relieve la rapidez con la que pueden evolucionar las condiciones del mercado en el sector energético mexicano.

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Según Wood Mackenzie, ambas formaciones tienen el potencial de agregar más de 250.000 bpd de líquidos y 500 mmcfd de capacidad de producción de gas para principios de la década de 2030.

“Hay varios factores que contribuyen a esta caída a corto plazo de los flujos, impulsada por una combinación de efectos climáticos estacionales y cambios en la dinámica de la oferta y la demanda”, afirma Ricardo Falcón, director de investigación de Wood Mackenzie. “La temporada de lluvias enfrió el clima, lo que redujo la necesidad de energía y, al mismo tiempo, ayudó a rellenar los embalses, lo que aumentó la disponibilidad de energía hidroeléctrica. Esto ha provocado una caída en la generación de las unidades de ciclo combinado y turbogás”.

Tendencias de calentamiento aceleradas

Los retos climáticos a los que se enfrenta México van más allá de las variaciones estacionales típicas. “México está experimentando tendencias de calentamiento aceleradas en comparación con los promedios mundiales, lo que lo hace especialmente vulnerable a fenómenos meteorológicos extremos que pueden afectar drásticamente a la demanda de energía”, añadió Antonio Velázquez, analista de investigación sénior de Wood Mackenzie. Si bien la intensa temporada de lluvias actual ha proporcionado un alivio temporal gracias al aumento de la generación hidroeléctrica, la amenaza inminente de «la canícula» —el período de ola de calor extremo del verano— podría revertir rápidamente estas condiciones.

Por otra parte, las interrupciones por mantenimiento han afectado a las operaciones. Por ejemplo, en el caso de la terminal de licuefacción offshore Altamira FLNG1, las interrupciones han provocado que la demanda de gas de alimentación se reduzca a cero o casi a cero en tres ocasiones. Estas interrupciones programadas han tenido repercusiones notables, en parte inesperadas, en las exportaciones de gas por gasoducto desde el sur de Texas (STX) a México.

La producción de gas seco mexicano aumentó un 2% durante más de dos meses consecutivos, lo que generó una mayor competencia entre el gas y las importaciones de gas canalizado de EEUU, tras una caída del 10% en mayo, precisamente debido a problemas de calidad del gas y otros factores. Además, los niveles de producción actuales también se enfrentan a riesgos de volatilidad que pueden contribuir a una nueva caída, un escenario probable en este momento.

La puesta en marcha de nuevas plantas de ciclo combinado y los incrementos de capacidad están sentando las bases para una demanda de gas más estructural, aunque se espera que el impacto sea gradual. A medida que estos proyectos se aceleran y persiste la volatilidad relacionada con el clima, la interacción entre los factores estacionales, la preparación de las infraestructuras y el desarrollo a largo plazo determinará la demanda de gas de México en el futuro.

Por último, los factores globales también contribuyen a la incertidumbre. "Los nuevos aranceles de la Administración Trump a los socios comerciales globales ya están remodelando los flujos comerciales internacionales. Para México, los efectos son inmediatos. Las medidas están perturbando el comercio con Estados Unidos y debilitando los principales motores de la fabricación, la inversión y la producción industrial", concluyó Rodrigo Rosas, analista de investigación sénior.

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