En un empeño por sacar adelante en la Cumbre del Clima (COP26) la reducción de emisiones y facilitar la movilización de los fondos climáticos (el mayor escollo en las negociaciones), un panel de expertos propondrá la implementación de normas para dar mayor transparencia al mecanismo voluntario de carbono.
Daniel Ortega Pacheco, exministro ecuatoriano de Ambiente y uno de los cuatro copresidentes de este panel de expertos llamado "Task Force for Scaling Voluntary Carbon Markets" (Grupo de trabajo para la ampliación de los mecanismos voluntarios de carbono), explica en entrevista con EFE cómo estudian dar transparencia a esta herramienta.
El objetivo es agilizar el movimiento de la financiación climática y alcanzar una reducción del 50 % de emisiones para 2050 y la descarbonización neta a finales de siglo.
Esta iniciativa surgió en la semana climática organizada en Nueva York, impulsada por empresas líderes en el sector financiero internacional y con el enviado especial de Finanzas de Naciones Unidas, Mark Carney, a la cabeza, quien trabaja para la puesta en marcha de un "mecanismo voluntario de carbono íntegro".
Según Ortega, Carney anunció la creación de un organismo de gobernanza independiente para elaborar y definir los Principios Fundamentales del Carbono (CCP, por sus siglas en inglés), un conjunto de estándares que definirán la referencia global para establecer la calidad de los créditos o bonos de carbono.
En ese panel de expertos para diseñar los CCP, además de Ortega Pacheco, también se encuentra la exsecretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático, Christiana Figueres.
El "órgano de gobernanza no pertenece a ningún gobierno, se crea de mutuo acuerdo entre todas las entidades que participan", entre las que se encuentran grandes corporaciones y bancos internacionales para establecer las reglas de juego que van a asegurar "la integridad ambiental, la transparencia y la divulgación de información, que en este campo es fundamental", explica.
No obstante, reconoce: "estamos muy atrasados porque no existen aún condiciones para lograr una descarbonización total si continuamos bajo los patrones de producción y consumo actuales", un problema que preocupa sobre todo a los países del Sur Global -que son los que más están sufriendo las consecuencias de los fenómenos meteorológicos resultado de la contaminación histórica acumulada de los países más desarrollados-.
Ortega Pacheco, experto en política del cambio climático y sostenibilidad, señala que en la COP26 de Glasgow, además de discutir el acceso a recursos, se va a tratar de los mecanismos para la implementación del Acuerdo de París, así como de los compromisos determinados nacionales (NDC, por sus siglas en inglés), "una negociación que puede tardar cinco años".
El Acuerdo de París establece que cada país debe presentar sus NDC y una financiación de 100.000 millones de dólares anuales desde 2020 a 2025 por parte de los países desarrollados para compensar a los menos desarrollados por las emisiones de carbono, un tema que sigue estando entre los "grandes escollos" de las negociaciones climáticas, como ha reconocido esta misma semana el presidente de la COP26 de Glasgow, Alok Sharma.
Según Ortega Pacheco, el acceso a la financiación se puede facilitar mediante los Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) que la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático gestiona como compensación de emisiones a los que "puede acceder cualquier país justificando el progreso y desenvolvimiento", y que controla y revisa la propia Convención.
Frente a ese "mecanismo regulado" existe un "mecanismo voluntario" en el que muchas empresas de todo el mundo han visto "una opción voluntaria de reducir sus emisiones, como una acción de responsabilidad social y ambiental".
El mecanismo voluntario "no tiene un organismo de supervisión, a diferencia del regulado", dice el exministro, sin embargo, existe un "conjunto múltiple de estándares posibles sobre los cuales se puede obtener un certificado que documente reducciones de emisiones verdaderas" de una compañía.
Este mecanismo voluntario ha tenido "muchas voces críticas", incluso la suya propia desde el Sur Global, reconoce el experto, quien aduce que "se necesitaba incrementar su integridad ambiental", es decir, certificar que cada acción que se proponga reduzca realmente las emisiones, detenga la deforestación de los bosques tropicales y dé un valor añadido para el desarrollo de las comunidades locales o indígenas que vigilan su cuidado.
Reconoce que es un "reto complicado y complejo", con mucha oposición, pero aún así confiesa: "soy optimista y mantengo que con reglas claras se puede lograr un mecanismo voluntario de carbono adecuado, que no es la solución perfecta, pero es una opción ambiciosa y que puede movilizar importantes recursos".
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