Hace 10 años nació Funseam (Fundación para la Sostenibilidad Energética y Ambiental), con el objetivo de contribuir a los retos a los que se enfrentaba el sector energético. Hacía falta un debate profundo sobre el modelo energético a medio y a largo plazo y nos pusimos a trabajar desde el rigor y el análisis científico, investigando y aportando soluciones para avanzar hacia una economía descarbonizada.
Pero el debate se ha acelerado en las últimas semanas. Estamos siendo testigos de una convulsión económica sin precedentes, que ha situado al sector energético en el centro de todas las miradas. La invasión de Ucrania ha sacudido al mundo entero y ha hecho plantearse a Europa no solo la necesidad de buscar soluciones para seguir avanzando en la transformación de su modelo energético para el futuro, sino también su capacidad de reacción ante un eventual corte de suministro de gas por parte de Rusia.
Lo que llevamos de 2022 se ha caracterizado por la recuperación económica iniciada en el año anterior. No obstante, el ritmo de crecimiento de la economía durante estos primeros meses se ha visto afectado por el aumento de la incertidumbre causada por múltiples factores. Cuellos de botella y escasez de materias primas han provocado perturbaciones en la oferta mundial, alargando los plazos de entrega y tensionado los precios finales. Todo ello ha tenido reflejo en la inflación, afectada también por los mercados energéticos, que llevan unos meses caracterizados por una senda creciente sin precedentes y por una elevada volatilidad.
Reto climático
A pesar de que esta inestabilidad ha puesto de manifiesto nuestras vulnerabilidades como europeos y nos ha obligado a buscar medidas excepcionales ante el impacto de los precios energéticos, no cabe la menor duda que acelerar la transición energética es la mejor vía para superar la situación actual.
El reto climático nos exige cambios: en el modelo de crecimiento económico, en nuestro sistema productivo y en nuestros hábitos de consumo. Son cambios complejos, que necesitan una mirada abierta e innovadora, y la transición energética se erige como un potente catalizador de esta transformación en el ámbito empresarial. Ya eran cambios necesarios para paliar los efectos del cambio climático, pero en la coyuntura actual, con unos mercados energéticos en niveles de precios sin precedentes en nuestra historia reciente, las empresas deberían acelerar las inversiones que permitan adoptar medidas de adaptación y mitigación a los efectos climáticos que se derivan de la inacción. Y ahí la imprescindible colaboración entre el sector público y privado tiene que ocupar un papel protagonista.
España, en estrecha colaboración con la Unión Europea, está afrontando reformas estructurales que exigirán un esfuerzo de planificación a medio y largo plazo para modernizar el marco normativo laboral, asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas y modernizar sus infraestructuras energéticas y digitales. Estos cambios requerirán alcanzar consensos y acuerdos, imprescindibles en un marco institucional marcado por la colaboración público-privada.
Planes de recuperación
El Gobierno de España ha puesto en marcha un ambicioso plan de inversiones y reformas para facilitar la recuperación después de la crisis sanitaria. Pero el plan va más allá, ya que inicia un proceso de transformación estructural de nuestra economía, con la mirada puesta a medio y largo plazo. El Plan de Recuperación prioriza un fuerte impulso para los próximos tres años, una recuperación sostenida en el tiempo y una sostenibilidad financiera reforzada también a medio plazo en Europa.
En este proceso adquieren un papel clave los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación (PERTE), con los que se gestionarán los fondos europeos. Los fondos Next Generation EU son una ocasión extraordinaria para contrarrestar el impacto de la pandemia sobre la inversión y la actividad económica y, de paso, modernizar nuestro tejido productivo y dar respuesta a los retos coyunturales en el actual contexto energético.
La Unión Europea apuesta por reunir a todos los agentes de desarrollo en torno a proyectos de alto impacto y gran capacidad de influencia sobre el conjunto del tejido productivo. Y eso supone un gran reto para la colaboración entre las Administraciones Públicas y el sector privado.
Todos estos proyectos tendrán efectos en la transformación de nuestra economía a largo plazo. Involucrarán a prácticamente todos los eslabones de la cadena de valor industrial, además de contribuir de manera muy positiva a la vertebración del territorio. Dada su relevancia y proyección a largo plazo, los analizaremos a fondo durante el Simposio Empresarial que la Fundación para la Sostenibilidad Energética y Ambiental (Funseam) celebrará la próxima semana (X Simposio Empresarial Internacional Funseam 2022 ).
Simposio Empresarial Internacional Funseam
En esta décima edición del Simposio Empresarial Internacional conoceremos qué aportan los fondos europeos y la colaboración público-privada a este complejo proceso de transformación estructural de la economía. Analizaremos proyectos que muestran cómo el sector energético está evolucionando hacia un modelo sostenible y resiliente, desde el punto de vista económico, social, territorial y medioambiental.
El Simposio tendrá tres sesiones. La primera, presencial, será el 9 de mayo en Barcelona. La inaugurará la Secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen y contaremos con dos keynote speakers de gran relevancia: Juan Verde, presidente de la Fundación Advanced Leadership y reconocido estratega en el ámbito de la economía verde y Rodolfo Lacy, director de Acción Climática y Medio Ambiente para Latinoamérica de la OCDE y Enviado Especial para Materias de Clima en las Naciones Unidas de Nueva York.
Las sesiones del 10 y el 11 de mayo serán online y hablaremos de finanzas sostenibles, infraestructuras resilientes, la transformación digital del sector energético y soluciones circulares para la descarbonización.
Una década
La Fundación se creó hace 10 años y, gracias al inestimable apoyo de todas las empresas que conforman su Patronato, en este tiempo hemos abordado aspectos cruciales para el desarrollo de un modelo económico sostenible: la integración de los mercados energéticos y las infraestructuras, la innovación tecnológica, la digitalización y el rol del consumidor o la mejora de la eficiencia, la productividad empresarial y el ahorro energético. Y para analizarlos hemos contado con los principales actores de cada ámbito, que han aportado su visión y experiencia y nos han ayudado a enriquecer el debate energético.
Y en esta ocasión, tan especial para nosotros, no podía ser diferente. El mundo no es igual que hace diez años, lo que no ha cambiado es nuestro firme compromiso con la definición de un nuevo modelo de desarrollo sostenible, en términos económicos, medioambientales y sociales.
María Teresa Costa es directora de la Cátedra de Sostenibilidad Energética de la UB y Joan Batalla es director general de FUNSEAM.
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