El Papa Francisco recordó ante los dirigentes de las más importantes multinacionales del petróleo y del gas la necesidad de llevar a cabo la transición energética y les instó a que la "sed" de energía "no anule la civilización".
"Los invito a ser el núcleo de un grupo de líderes que imaginan la transición energética global de modo que tenga en cuenta a todos los pueblos de la tierra, como también a las futuras generaciones, a todas las especies y los ecosistemas", dijo Francisco a estos dirigentes que se reunieron en el Vaticano.
"La civilización pide energía, pero el uso de energía no puede destruir la civilización", clamó.
Y por tanto exhortó a "una estrategia global a largo termino que ofrezca una seguridad energética que favorezca la estabilidad económica, proteja la salud y el ambiente y promueva el desarrollo humano, estableciendo compromisos precisos para afrontar el problema del cambio climático".
Instó a que se proceda "hacia una transición que haga crecer el compromiso de las energías de alta eficacia y baja contaminación" y hacia "el desarrollo de las energías renovables".
Sin ello, advirtió, "se acabará en una espiral siempre mas grave de los cambios climáticos, con la temible subida de las temperaturas del globo, duras condiciones medioambientales y aumento de niveles de pobreza".
Escucharon el llamamiento del pontífice los consejeros delegados de fondos financieros como Larry Fink, de BlackRock, o Yngve Slyngstad, del Banco Noruego de Inversiones.
También estuvieron presentes los consejeros delegados de BP, Bob Dudley; de Equinor, Eldar Sætre; de L1 Energy, John Browne; de la italiana Eni o de ExxonMobil, Darren Woods.
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