El parlamento alemán ha votado a favor de un precio inicial más alto para el nuevo esquema de reducción de CO2 del país en los sectores de calefacción y transporte, según informa la agencia de noticias alemana DPA. La mayoría de los diputados acordó fijar el precio de una tonelada de CO2 en 25 euros. A partir del 1 de enero de 2021, las empresas que pongan en circulación gasolina, diésel, gasóleo para calefacción y gas natural deberán adquirir derechos de emisión. El precio aumentará a 55 euros por tonelada en 2025 y a partir de 2026 el precio se determinará mediante subastas en un marco de 55-65 euros.
Según el Ministerio de Medio Ambiente, esto hará que un litro de gasolina se vuelva 7 centavos más caro, el diésel subirá 7,9 centavos, el combustible para calefacción 7,9 centavos y el gas natural 0,6 centavos por kilovatio-hora. Los ingresos del plan de precios se utilizarán para reducir los costos de electricidad y reembolsar a quienes tengan un largo viaje en automóvil al trabajo.
La ministra de Medio Ambiente Svenja Schulze (Socialdemócratas- SPD ) acogió con agrado la votación del parlamento, pero reiteró su demanda de compartir la carga de los mayores costos de calefacción entre propietarios e inquilinos de manera más equitativa. “Son los propietarios quienes deciden instalar nuevas calderas. Por lo tanto, también deberían pagar parte del precio del CO2 ”, dijo Schulze. Si solo los inquilinos estuvieran pagando el precio del CO2, los propietarios no tendrían ningún incentivo para hacer más eficiente el sistema de calefacción, han argumentado los socialdemócratas en el gobierno.
Kerstine Andreae, directora de la Asociación Alemana de Industrias de Energía y Agua (BDEW) dijo: “La introducción del precio del CO2 en los sectores de calefacción y transporte es un hito importante en la política energética y climática alemana”.
Un documento de estrategia de la Asociación de Cámaras de Comercio e Industria Alemanas (DIHK) al que tuvo acceso DPA y publicado en un artículo del Frankfurter Allgemeine Zeitung, dice que las empresas sujetas al precio del CO2 por primera vez tendrían una “necesidad urgente” de compensación. De lo contrario, la competencia extranjera obligaría a las empresas a trasladar su producción a lugares con menores costos de CO2, advierte el diario. El gobierno federal ya ha decidido que aquellas empresas industriales que enfrentan desventajas en la competencia internacional pueden solicitar una compensación financiera, si reducen las emisiones y aumentan la eficiencia a cambio, dice el artículo.