El Gobierno de la Comunidad de Madrid ha presentado su Plan Energético 2017-2020 donde propone las medidas que se van a acometer en materia de ahorro y eficiencia energética, en energías renovables y de divulgación, aunque hay pocas novedades, es continuista con lo que se ha hecho hasta ahora y sin grandes ambiciones.
Sus propuestas generales se plantean en línea con la planificación energética nacional, no hay grandes soluciones que sorprendan o que pudieran dar un giro de 180 grados a las actuaciones vigentes.
A grandes rasgos, el documento busca satisfacer la demanda energética con altos niveles de seguridad y calidad en el suministro, reforzando para ello las infraestructuras existentes, mejorar la eficiencia en el uso de la energía, que permita reducir el consumo en un 10% respecto del escenario tendencial, e incrementar hasta el 35% la producción de energía renovable y por encima del 25% en la producción energética total, sobre todo promoviendo el uso de la cogeneración.
En cuanto a generación pasará de los 258 MW de potencia actuales contando hidráulica a tener 331, es decir 73,3 MW más, la gran mayoría fotovoltaica.
Para todo ello, se promulgará una Ley de Ahorro y Eficiencia Energética autonómica pero tal y como se señala, “dando continuidad y permanencia a las políticas de eficiencia energética”. Se establece conseguir mejoras de la intensidad energética final entre el 1,5% y el 2% anuales.
Eficiencia energética en edificios
Entre la normativa se incluye la obligación de captación solar térmica en los nuevos edificios y en la rehabilitación de edificios existentes, “siempre y cuando sea posible”, inspecciones periódicas de eficiencia energética de las instalaciones térmicas de los edificios, cumplir con la limitación del consumo de energía en edificios de nueva construcción o simplificar los trámites administrativos para la obtención de las autorizaciones de ejecución y de puesta en servicio de instalaciones de distribución de combustibles gaseosos por canalización.
Para todo ello, se propone un plan de inspecciones con el que revisarán que se garantice el cumplimiento de la normativa.
Respecto a los edificios de consumo energético casi nulo, el Plan señala que “no resulta posible ahora concretar las actuaciones a desarrollar en esta materia porque falta que cada Estado adapte esta definición a sus condiciones nacionales y defina los correspondientes requisitos técnicos”. Sin embargo, sí precisa los límites de temperatura en el sector comercial y de servicios que tendrá que ser “mínimo de 26ºC en verano y máximo de 21ºC en invierno, con la humedad relativa entre en 30% y el 70%”.
También se continuarán con los Planes Renove puestos en marcha en años anteriores, como el de las instalaciones eléctricas comunes, la iluminación interior, la instalación de detectores de presencia en zonas comunes de edificios, en los ascensores, en los equipos de iluminación de emergencia, en los condensadores para corrección de energía reactiva, las ventanas, las salas de calderas, los componentes industriales a gas, la instalación de válvulas termostáticas, el aire acondicionado, las torres de refrigeración o las puertas de garaje, entre otros.
Para los servicios Públicos, la Comunidad de Madrid prevé medidas específicas como la contratación pública eficiente o la renovación de flotas institucionales, así como el apoyo a la implantación de redes urbana de calor y frío o la formación de gestores energéticos municipales.
Transporte sostenible
En materia de transporte, se mantiene la idea de potenciar el uso del tren y algunas ideas generales para desarrollar Planes de Movilidad Urbana Sostenible (con la promoción del uso de la bicicleta o aparcamientos “disuasorios en intercambiadores, estaciones de tren, metro o cercanías”).
Para el transporte privado, se siguen las directrices nacionales para el vehículo eléctrico, pero se hace un capítulo especial para los vehículos a gas, para el que se aprobará un Plan Renove de Vehículos a Gas o un Plan de Incentivos para el Autotaxi de Madrid (PIAM).
En la Renovación de la flota de autobuses urbanos se priorizarán los de combustible a gas, con un objetivo concreto, que “para 2020 se prevé que casi toda la flota, constituida por más de 1.900 autobuses, utilice gas u otros combustibles alternativos”. En el caso de los autobuses interurbanos, el objetivo es “conseguir para 2020 la renovación de más de un 50% de la flota a vehículos eficientes”.
Autoconsumo y gas
También se habla de autoconsumo, pero sin salirse del marco normativo del RD 900/2015, (solo se dice que se impulsará “la generación eléctrica distribuida, procedente de fuentes renovables y de cogeneración, y del autoconsumo, en el marco de la normativa estatal”). Por otro lado, se considera imprescindible “promover la apertura de nuevas estaciones de servicio (gasolineras) en la región” y que más de un 10% de éstas dispongan de GLP para automoción.
La introducción y ampliación en el uso del gas es la gran apuesta de este Plan y para ello se mejorarán las infraestructuras y se garantizará el suministro en la zona suroeste con una nueva conexión de transporte secundario desde el sur, denominado gasoducto Getafe–Usera, además de ampliar el abastecimiento a los municipios de la Sierra Noroeste, plantas-satélite de gas natural licuado en poblaciones de baja densidad y estaciones de servicio con gas natural.
Otras medidas
Por último, otras propuestas son impulsar los Servicios Energéticos y las auditorías energéticas, y apoyar a la I+D+i, aunque no se concreta de qué manera ni cómo, además de incorporar actuaciones divulgativas y de concienciación sobre la importancia de la eficiencia energética con jornadas técnicas y congresos, elaboración y difusión de publicaciones, campañas institucionales de publicidad y premios a las mejores instalaciones.
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“no resulta posible ahora concretar las actuaciones a desarrollar en esta materia porque falta que cada Estado adapte esta definición a sus condiciones nacionales y defina los correspondientes requisitos técnicos”.
Ya está todo dicho… y tampoco se esperaba algo distinto.
Es evidente que la situación socioeconómica actual, originada por la crisis energética en que nos encontramos, exige una respuesta de la ciencia y tecnología, que resuelva esta situación tan critica, que está originando el estado en que se encuentra el sistema evolutivo de los pueblos industrializados del mundo.