
Apenas unas semanas después de salir de una sequía de inversiones de dos años, el sector de las energías renovables a gran escala en Australia se enfrenta a la perspectiva de que su industria se caiga por un precipicio dentro de cinco años, a menos que se desarrollen políticas energéticas a largo plazo.
La revisión del objetivo de energía renovable, que ha reducido la producción de 41,000GWh a 33,000GWh en 2020, supone que se construirán alrededor de 5.500MW de instalaciones eólicas y fotovoltaicas en los próximos cinco años.
Pero debido a que este objetivo sólo se hace a 2020 -y luego una línea plana para la próxima década- el mercado australiano corre el riesgo de quedar cerrado por completo en el 2020 a menos que el Gobierno de señales a más largo plazo.
La incertidumbre comienza a dar problemas ya en el mercado, donde comienzan a surgir dificultades para cerrar acuerdos de compra de energía a largo plazo y para obtener financiación bancaria. Incluso, como recoge el portal de renovables Reneweconomy, se habla de una huelga de capital, debido a la percepción de que la reelección de un gobierno de Abbott reduciría aún más el objetivo de energía renovable, o incluso acabaría por eliminarlo.