Europa quiere tener toda la cadena de valor del sector de la automoción eléctrica dentro de sus fronteras. Esto incluye la producción de baterías de ion litio y también disponer de la materia prima en un entorno cercano. La transición hacia la movilidad eléctrica tiene como fin último la reducción de emisiones de C02. Por eso, este último punto se antoja indispensable para que el litio no tenga que recorrer hasta 50.000 km, desde el yacimiento hasta el usuario final. Las materias primas deben estar cerca de los centros de producción.
Eso es lo que propone la compañía Tecnología Extremeña del Litio (TEL), un consorcio que quiere extraer litio de la mina San José Valdeflórez, en Cáceres, a la que se considera el segundo yacimiento de litio más grande de Europa (el primero está en el norte de Portugal). Se trata de un paraje de características geológicas únicas donde ya existió actividad minera hasta la década de los 70 y ahora esta joint venture compuesta en un 25% por Valoriza Minería (filial de Sacyr) y en un 75% por la australiana Infinity Lithium ya ha pasado a la segunda fase del proceso, la de conseguir los permisos de investigación, después de una primera para los permisos de exploración.
"Las estimaciones más realistas, aunque no dependen de nosotros sino de las concesiones de las licencias, podrían permitir que entre este año y el que viene tengamos los permisos de investigación, y podamos pasar a la fase tres, que es la de los permisos de explotación con posibilidad de ponerla en marcha en 2023" explica a este diario fuentes de la compañía, "para esta última etapa deberemos presentar un Estudio de Impacto Ambiental mucho más exhaustivo pero, al igual que el resto del proceso, todo dependerá de la Comunidad Autónoma de Extremadura, en concreto de la Consejería de Transición Ecológica y Sostenibilidad".
Las previsiones a nivel global indican que el consumo de litio se multiplicará por ocho hasta 2030, precisamente porque este mineral es la materia prima esencial e irremplazable para la fabricación de baterías no solo para los vehículos eléctricos sino también para cualquier dispositivo electrónico.
Según los estudios de la compañía, esta mina podría producir 15.000 toneladas de hidróxido de litio al año que permitirían abastecer a unos 10 millones de coches eléctricos. Además, se prevé que el proyecto pueda estar en funcionamiento 30 años en total, 19 años de extracción de mineral y durante 10 años más adicionales seguiría funcionando la planta de procesado.
"El proyecto incluye la mina y una planta de procesado, pero nuestra intención es que otras industrias pudieran fijarse en Cáceres, y más sabiendo la potente industria del automóvil que hay en nuestro país", señalan las mismas fuentes.
Precisamente España quiere impulsar la creación de una potente industria de baterías en nuestro territorio, al igual que otros países europeos. Para ello, el Ministerio de Industria ha tenido varios encuentros con inversores chinos que podrían ver con buenos ojos traer su tecnología e invertir en fábricas de baterías. Más aún, el próximo fin de semana una delegación compuesta por responsables de Industria y representantes de alto nivel de empresas españolas que operan en el sector de la movilidad eléctrica (Seat, Grupo Antolín, Batz, Ormazábal o Gestamp, entre otros) asistirá a la Asamblea General (Forum 2020) de la asociación China EV100, que tendrá lugar el próximo fin de semana en el Diaoyutai State Guesthouse de Pekín.
Para el secretario general de Industria, Raül Blanco, “con la presencia en la Asamblea de una delegación formada por Administración central y empresas de automoción queremos seguir trasladando el mensaje de que el ecosistema español es el mejor destino para futuras inversiones chinas en este ámbito”.
Un proyecto de 280 millones de euros
De la inversión inicial prevista de 280 millones de euros, el 83% irá destinado a la planta industrial. En su máximo operativo generará en torno a 1.000 puestos de trabajo anuales, de los que casi 200 serán directos.
Y después de la extracción del que se ha dado en llamar el 'oro blanco', la compañía presenta alternativas para recuperar la zona y rehabilitarla.
"Actualmente hay una plataforma vecinal que ha capitalizado la oposición a esta mina y aunque les hemos pedido en dos ocasiones que pudiéramos tener una reunión con ellos, aún no ha surgido esa posibilidad", señalan.
La empresa propone que en tres décadas, cuando se abandone la mina y la planta de procesado, todo lo instalado se desmantelará por completo del área, desde las construcciones de acero hasta los cimientos de hormigón, y se volverá a instalar la capa vegetal, esencial para la agricultura, que había sido previamente retirada y almacenada durante los años de operación. Pero antes, cuando finalicen los 19 años de actividad extractiva se realizará una inversión de 16 millones de euros adicionales para la restauración de los relaves y de la cantera, convirtiendo a esta última en una nueva dotación de carácter lúdico o cultural para Cáceres y sus habitantes.
Ignacio
10/01/2020