El sudeste asiático apuesta fuerte por la hidroeléctrica de bombeo con 18 GW para 2033
El objetivo supone multiplicar la capacidad por casi ocho veces en menos de una década y una inversión total estimada de entre 12.000 y 70.000 millones de dólares
La energía hidroeléctrica de bombeo está llamada a desempeñar un papel cada vez más importante en la transición energética del Sudeste Asiático. Esta tecnología madura de almacenamiento de energía a gran escala puede reforzar la fiabilidad de la red a medida que se eliminan gradualmente los generadores de combustibles fósiles en favor de las fuentes renovables.
Se prevé que la capacidad hidroeléctrica de bombeo en el Sudeste Asiático aumente de 2,3 gigavatios (GW) en la actualidad a 18 GW en 2033, lo que representa un aumento de casi ocho veces en menos de una década, y atraerá una inversión total estimada de entre 12.000 y 70.000 millones de dólares.
Dado que el 64% de la generación eléctrica de la región procede de combustibles fósiles, las soluciones de almacenamiento de energía fiables y ecológicas son cruciales para mejorar la flexibilidad del sistema eléctrico, sobre todo a medida que se integran más fuentes de energía renovables como la solar y la eólica.
Filipinas y Tailandia
Actualmente se están construyendo 2,7 GW de centrales hidroeléctricas de bombeo, y los 13,3 GW restantes se encuentran en diversas fases de desarrollo. Esta expansión diversificará el panorama de las energías renovables en la región, actualmente centrado en Filipinas y Tailandia. Aunque Tailandia es por ahora el país con más capacidad, Filipinas la superará pronto con unos 5,7 GW de capacidad en proyecto.
Otros países de la región que invierten en centrales hidroeléctricas de bombeo son Vietnam e Indonesia, que cuentan con unos 4,5 GW y 4,2 GW de capacidad pendiente, respectivamente. Tailandia también contribuirá al crecimiento de la región hasta 2033, con 1,6 GW adicionales previstos.
"La energía hidroeléctrica de bombeo brilla como una solución prometedora para satisfacer la creciente demanda de almacenamiento de energía, esencial para mantener la fiabilidad de la red a medida que el Sudeste Asiático incorpora fuentes renovables más variables, como la solar y la eólica. No obstante, los responsables políticos y los promotores deben aplicar una gestión eficaz de los riesgos para hacer frente a los diversos retos e incertidumbres inherentes al funcionamiento de las centrales hidroeléctricas de bombeo y garantizar su integración sin fisuras en el panorama energético de la región", dijo Nevi Cahya Winofa, analista de energías renovables y energía de Rystad Energy.
Políticas de apoyo
La formulación de políticas ha sido una fuerza fundamental a corto plazo, sobre todo las que favorecen las instalaciones hidroeléctricas de bombeo. Por ejemplo, el Departamento de Energía de Filipinas está regulando activamente las tecnologías de almacenamiento de energía, incluida la hidroeléctrica de bombeo. En el próximo Programa de Subastas de Energía Verde (GEAP 3) del país, previsto para el segundo semestre de 2024, el DOE planea ofrecer 3,1 GW de capacidad hidroeléctrica de bombeo.
Del mismo modo, el Plan Nacional de Desarrollo Energético 8 (PDP 8) de Vietnam pretende alcanzar 2,4 GW de hidroeléctrica de bombeo para 2030, con proyectos como Bac Ai y Nihn Son ya en marcha. Además, Indonesia, Tailandia y otros países de la región están avanzando en la hidroeléctrica de bombeo a través de marcos políticos.
Las empresas estatales de servicios públicos dominan los proyectos hidroeléctricos de bombeo en la mayor parte de Indonesia, Filipinas, Vietnam y Tailandia. Esta tendencia es evidente en los tres principales promotores del sudeste asiático, todos ellos de propiedad pública.
Empresas públicas
La empresa pública indonesia PLN es el principal promotor de la región, con 3,7 GW de centrales hidroeléctricas de bombeo en cartera. Los elevados costes iniciales y el largo tiempo que se tarda en rentabilizar la inversión hacen que los proyectos hidroeléctricos de bombeo resulten menos atractivos para las empresas privadas. Además, el proceso de concesión de licencias puede ser imprevisible, lo que alarga los plazos de los proyectos y añade riesgo para los promotores potenciales.
Filipinas, sin embargo, va en contra de esta tendencia. A diferencia de sus vecinos, el país tiene un mercado eléctrico desagregado, lo que significa que hay competencia tanto en la generación como en la distribución de energía. Esta competencia genera precios volátiles de la electricidad al por mayor, que pueden fluctuar más que en los mercados regulados. Esto supone un incentivo económico para el almacenamiento hidroeléctrico por bombeo, que lo convierte en una opción más atractiva para los promotores de Filipinas.
La energía hidroeléctrica de bombeo es un método de almacenamiento de energía hidroeléctrica utilizado por los sistemas eléctricos para equilibrar la carga. Funciona bombeando agua de un embalse situado a menor altitud a otro situado a mayor altitud, almacenando energía que puede utilizarse posteriormente durante los periodos de mayor demanda eléctrica. Las bombas suelen funcionar con un excedente de energía eléctrica de bajo coste fuera de las horas punta, y el agua almacenada se libera a través de turbinas para generar energía cuando se necesita.
Vigilar incremento de costes
Los proyectos hidroeléctricos de bombeo dependen en gran medida de condiciones geográficas específicas, lo que plantea obstáculos a la hora de elegir el emplazamiento y adquirir los terrenos. Muchos emplazamientos potenciales están situados en zonas rurales que carecen de la infraestructura necesaria, como líneas de transmisión y acceso por carretera para la construcción.
Estas deficiencias pueden aumentar los costes y los plazos de desarrollo de los proyectos, poniendo a prueba su financiación. Además, la obtención de terrenos para estos proyectos es complicada, ya que a menudo se sitúan en zonas protegidas, como bosques, sistemas fluviales o zonas urbanas, lo que exige un estricto cumplimiento de la normativa medioambiental para evitar retrasos.
A pesar de estos retos, los proyectos hidroeléctricos de bombeo ofrecen importantes ventajas socioeconómicas a las regiones donde se implantan. Además de garantizar un suministro eléctrico estable, pueden impulsar el crecimiento de las infraestructuras, mejorando la accesibilidad de la zona.
Además, estos proyectos generan oportunidades de empleo, que benefician sobre todo a los residentes durante la construcción y la explotación, impulsando así la economía de la región. Maximizar estos beneficios requiere estrategias eficaces de gestión de riesgos, que abarquen una planificación estratégica, una preparación minuciosa, una ejecución precisa y una evaluación continua tanto por parte de los promotores como de los responsables políticos.
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