El Tribunal de Cuentas de la Unión Europea ha alertado de que el incumplimiento por parte de los fabricantes y minoristas de la normativa en materia de diseño ecológico y etiquetado energético es "todavía un problema significativo", al tiempo que advierte de los retrasos que se producen en la tramitación normativa.
El organismo destaca en el primer informe especial de 2020 'Medidas de la UE en el diseño ecológico y el etiquetado energético' que estas suponen una "contribución importante" para la eficiencia energética, que, sin embargo se ve frenada por "retrasos significativos" y por el "incumplimiento de las normas".
Para los auditores, las medidas adoptadas tanto en ecodiseño como en etiquetado energético han mejorado la eficiencia energética por los retrasos en el proceso reglamentario fueron "considerables" y además, señalan que hay un "riesgo" de que se sobre estime el impacto de la política. Además, subraya que el incumplimiento del reglamento por parte de fabricantes y minoristas es "todavía un problema significativo".
En el marco de la política de cambio climático, el objetivo de mejora de la eficiencia energética de la UE es de un 20 por ciento antes de 2020 y de un 32,5 por ciento antes de 2030. Para ello, la Comisión Europea implantó medidas para promover el diseño ecológico de los productos y la información que se facilita al consumidor sobre el consumo energético y el rendimiento ambiental (etiquetado energético).
De acuerdo con el estudio del Tribunal de Cuentas, los auditores confirmaron que la Comisión recurrió a metodologías sólidas y transparentes para seleccionar los productos regulados, y esto dio lugar a que en la política de la UE se priorizaron más de 30 grupos de productos, los que tenían mayores posibilidades de ahorro energético.
Asimismo, los auditores observaron un "retraso evitable en el proceso reglamentario" que redujo el impacto de la política y alerta de que es "probable" que este retraso haga que los requisitos del ecodiseño queden "desfasados" y el etiquetado energético deje de ser pertinente para ayudar al consumidor a distinguir entre los productos de mayor o de menor rendimiento.
Igualmente, al tiempo que se toman medidas para mejorar el etiquetado energético, los auditores señalan que "la integración de la economía circular se hace todavía de forma ad hoc".
Al mismo tiempo, ven probable que "algunos supuestos hayan sobreestimado el impacto de la política" ya que no se tiene en cuenta el incumplimiento del reglamento ni tampoco los retrasos en su aplicación y además, en el balance del impacto del diseño ecológico "no se valora la diferencia entre el consumo teórico derivado de las normas armonizadas y el consumo energético real".
A ese respecto, pone de ejemplo que los frigoríficos y congeladores se prueban sin abrir las puertas y sin alimentos en su interior. Por ello, ven probable que se estén sobrestimando los ahorros.
De ese modo, recuerda que los Estados miembros, las autoridades de vigilancia del mercado tienen que garantizar que los productos vendidos en su territorio se ajusten a la legislación sobre etiquetado energético y diseño ecológico.
El informe valora también el "importante papel para facilitar la cooperación" entre las distintas autoridades que desempeña la Comisión Europea y recuerda que el objetivo del sistema de información y comunicación para la vigilancia del mercado es ayudar a compartir los resultados de las inspecciones, aunque algunas limitaciones funcionales reducen su eficacia.
Por otro lado, sobre la financiación de los diversos proyectos en la última década para reforzar la vigilancia del diseño ecológico y del etiquetado energético por parte de la Comisión "han sido fructuosos" pero no queda claro si han cambiado realmente la forma en la que los Estados miembros cumplen su deber de vigilancia del mercado.
En la práctica, el número de productos probados en laboratorio aún es relativamente pequeño. En general, la Comisión ha estimado recientemente que entre un 10 por ciento y un 25 por ciento de los productos vendidos no se ajustan al Derecho de la UE. Los auditores concluyen que el incumplimiento por los fabricantes y de los minoristas sigue siendo un problema importante.
Por último recomiendan a la Comisión Europea que para aumentar el impacto sobre el ecodiseño y el etiquetado energético para después de 2020 que establezca medidas para acelerar el proceso reglamentario, por ejemplo con medidas de ejecución cuando estén preparadas, en vez de esperar cuando se complete un paquete de medidas.
También aconseja que se realicen mejoras a la hora de medir el impacto y la comunicación de la política mejorando los supuestos y aplicando una metodología que registre el consumo energético real de los usuarios finales así como medidas para facilitar el intercambio de información entre las autoridades de vigilancia del mercado en los Estados miembros y mejorar el cumplimiento de la política.
Finalmente, debería incluirse la mejora para los Estados miembros de los instrumentos pertinentes, la difusión de buenas prácticas y la oferta de formación previa solicitud.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios