El conflicto de la fábrica de palas de Vestas en Daimiel (Ciudad Real), que arrastra ya una semana, ha sido tan grave que hasta el mismísimo CEO del primer fabricante de aerogeneradores del mundo, Henrik Andersen, tuvo que tomar las riendas de la situación con sus propias manos.
Según ha podido saber El Periódico de la Energía, Andersen tuvo que fletar su 'jet privado', en plena crisis del coronavirus en España, para volar desde su sede en Dinamarca hasta el corazón manchego de Daimiel, y ver con sus propios ojos lo que estaba sucediendo.
Según cuentan las fuentes, solo necesitó dos horas, que exactamente fue lo que tardó en volver a coger su avión, para escuchar lo que estaba pasando y dar su última palabra. Su decisión fue que la fábrica tenía que continuar a pleno funcionamiento, al margen de lo que pedían los trabajadores. Eso ocurrió la semana pasada antes de que el Gobierno limitara a servicios esenciales las actividades productivas del país.
Víctor
01/04/2020