El miembro del Banco Central Europeo (BCE) y vicepresidente de su Consejo de Supervisión, Frank Elderson, ha pedido disculpas por las declaraciones realizas a cuenta de la necesidad de "reprogramar" a los trabajadores de reciente incorporación del instituto emisor para que apoyen sus políticas verdes.
De esta forma, el abogado neerlandés ha "lamentado profundamente" el haber vertido unas opiniones que, en una carta de uso interno, el personal del BCE tachó la semana pasada de "irrespetuosas".
Las políticas verdes
"Ojalá hubiera utilizado otras palabras porque realmente no pueden ser más contrarias a lo que realmente defiendo", ha indicado Elderson, que ha insistido en que el BCE debe adoptar un enfoque climático "basado en hechos y en la ciencia", aunque abierto al debate.
En este sentido, fuentes cercanas al holandés consultadas por Financial Times apuntan a su frustración con que los nuevos empleados del BCE cuenten con unos conocimientos deficientes sobre dinámicas climáticas, a los que habría querido realmente "formar", no "reprogramar".
Acorde a las informaciones recibidas, Elderson se habría preguntado sobre "por qué debería contratarse a personas a las que hay que reprogramar, aunque vengan de las mejores universidades, si no saben siquiera escribir la palabras 'clima'".
Los representantes de los empleados del BCE informaron de que "muchos compañeros se escandalizaron por la elección de las palabras y las opiniones del señor Elderson", y sostuvieron que la noción de reprogramar personas supone entrar en una "contradicción directa con los valores democráticos que defienden tanto el BCE como la Unión Europea".
La misiva también emplazó a la dirección del banco central a "reflexionar sobre su estilo de liderazgo" y a convencer a quienes sean más reacios a las políticas climáticas mediante "la razón y los hechos", y no mediante la coacción.
Por su parte, el BCE ya entonces aseguró que Elderson es "un firme defensor" de todas las formas de diversidad, y que sus palabras deben interpretarse como un deseo de que se entienda "correctamente" que es únicamente la ciencia quien motiva el giro verde del BCE para combatir la crisis climática.
Encuesta interna
A finales del mes de enero, una encuesta realizada entre los empleados del BCE reveló el descontento con la labor realizada por su presidenta, Christine Lagarde, dado su talante "autocrático" o por inmiscuirse en temas de política.
La mayoría de los participantes del estudio del sindicato IPSO afirmaron, además, que no creían que Lagarde sea la persona adecuada para dirigir el BCE, con un 50,6% de los encuestados calificando su actuación general en la primera mitad de su mandato de ocho años como "muy deficiente" o "deficiente".
Por el contrario, solo el 38% de los encuestados respaldaron la toma de decisiones de Lagarde, con el resto divididos a partes iguales entre aquellos que se oponían de forma activa y entre los que no se pronunciaban.
Asimismo, más de la mitad expresaron sus reservas sobre la capacidad del BCE para doblegar la inflación y devolverla al objetivo del 2% por involucrarse en asuntos que exceden sus competencias, como la igualdad de género o el conflicto armado entre Israel y Hamás.
No obstante, existe apoyo a ciertas iniciativas de Lagarde, como incluir la protección del medioambiente dentro del mandato del BCE. Otros se sienten "inspirados" por su persona y se mostraron "orgullosos" de trabajar junto a ella.
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