El 93% de las empresas no lograrán las cero emisiones en 2030 si no duplican el ritmo de descarbonización

El 93% de las grandes empresas a nivel mundial que tienen como objetivo alcanzar las cero emisiones netas en 2030 no lo conseguirán si no duplican el ritmo de descarbonización, advierte el informe "Acelerando los objetivos de cero emisiones de las empresas de todo el mundo para 2050" que ha emitido la consultora Accenture tras analizar las 2.000 mayores empresas públicas y privadas de todo el mundo.

También indica que el número de empresas españolas que se han sumado a los objetivos de cero emisiones netas, que actualmente son un 83% de las consultadas, se ha incrementado un 33% respecto al año pasado.

Las cero emisiones

El 87% de ellas está adoptando las recomendaciones para la descarbonización del "Task Force on Climate-related Financial Disclosures (TCFD)" creado por el Consejo de Estabilidad Financiera, el 53% tiene objetivos de energía renovable y el 87% se ha fijado objetivos intermedios de sostenibilidad.

A nivel global, un 34% de las grandes corporaciones cuentan con planes de descarbonización. Este año se ha registrado un aumento récord del número de objetivos corporativos validados por la iniciativa "Science-Based Targets (SBTi)". Además, el 84% de las empresas tiene previsto aumentar las inversiones en sus iniciativas de sostenibilidad antes de que termine 2022.

Mejorar la eficiencia

El informe concluye que la creciente inflación de los precios de la energía y la inseguridad del suministro están lastrando los objetivos marcados. También, que la aceleración hacia cero emisiones netas requerirá capacidades de "inteligencia de carbono" que permitan a las organizaciones controlar, mejorar e impulsar la creación de valor mediante una integración de la inteligencia de ESG y de carbono más amplia en sus cadenas de valor.

Domingo Mirón, presidente de Accenture en España, Portugal e Israel, ha subrayado que las empresas deben integrar datos sobre el carbono en su información financiera y operativa. Esto permitirá un uso eficiente de los recursos financieros y no financieros junto con una sólida gestión del riesgo en el despliegue de las tecnologías digitales, biológicas e industriales.