Endesa, en su apuesta por la descarbonización total en el año 2040, tiene previsto el cierre de todas las plantas de carbón tres años antes de lo esperado, en 2027. Consciente del nexo histórico que tiene con estas instalaciones desde el origen de la propia compañía, Endesa ha elaborado un plan de Transición Justa que tiene como objetivo el impulso de distintas iniciativas para lograr un impacto positivo en las comunidades locales desde los puntos de vista social, medioambiental y económico, el denominado Plan Futur-e.
Los Planes Futur-e diseñados por Endesa para sus instalaciones térmicas en proceso de cierre, son proyectos que tienen como finalidad contribuir a mitigar el impacto que el cierre de centrales pueda tener sobre la población local a través de cuatro ejes:
Búsqueda proactiva de empleo para el personal directamente afectado.
Fomento de la actividad económica en la zona a través de nuevos proyectos renovables, el propio desmantelamiento de las centrales y concursos internacionales para el desarrollo de nuevas actividades industriales.
Formación y capacitación de la población local para lograr el reciclaje profesional de las personas directamente involucradas en estos procesos y abrir un futuro laboral a la población local.
Iniciativas de sostenibilidad del municipio para mitigar el impacto fiscal que los cierres generan en los municipios, fomentando la eficiencia energética de estas localidades.
Actualmente hay tres instalaciones de carbón de Endesa en proceso de desmantelamiento. Se trata de las centrales de Andorra (Teruel), Compostilla (León), y Carboneras (Almería). Endesa también ha solicitado en 2019 el cierre de la central de As Pontes (A Coruña), cuya resolución se espera obtener este año, y está tramitando el cierre de la central de Es Murterar (Alcudia) en Baleares. Todas estas infraestructuras cuentan con planes Futur-e adaptados en función de las características de cada entorno.
ANDORRA Y LAS DEMOLICIONES
La central térmica “Teruel”, situada en Andorra, fue construida entre los años 1974 y 1979 con objeto de llevar a cabo un uso extensivo de los lignitos negros procedentes de explotaciones situadas en la cuenca minera turolense, mezclados con carbones de importación. Durante sus cuatro décadas de actividad produjo 224.000 GWh, equivalentes al consumo de electricidad peninsular durante un año.
Endesa presentó el 19 de diciembre de 2018 la solicitud formal de cierre. En paralelo a la solicitud de cierre, Endesa presentó de forma voluntaria un Plan de Futuro destinado a compensar los efectos del cierre a través de diversas medidas concretas para promover el desarrollo de actividades económicas y generación de empleo en la zona de la central.
En 2020 la central paró definitivamente, empezándose a aplicar el plan Futur-e para emplear a los trabajadores de la propia central y de la zona en las tareas de desmantelamiento.
El desmantelamiento de esta central, así como las del resto de Endesa, es una operación de gran complejidad técnica que movilizará alrededor de 200 personas de mano de obra directa en cada planta, que se ocuparán de los trabajos durante 48 meses.
En todas las plantas se aplicará el denominado sistema de demolición selectiva para segregar y caracterizar cada uno de los cientos de miles de toneladas que conforman el volumen de la demolición. Este método de demolición junto con la aplicación de la economía circular en la gestión de los residuos permitirá un aprovechamiento máximo de los residuos, bien para su posterior reutilización como segundo uso o bien como materia prima.
El equipo humano que se ocupará durante 4 años de los trabajos de desmantelamiento procede, en su mayoría, de antiguas empresas contratistas o de residentes en la zona, ya que Endesa, dentro de su compromiso con la sostenibilidad, ha dado prioridad en el concurso de adjudicación de cada obra a las ofertas que incluyesen el mayor número de trabajadores locales.
Actualmente la central de Andorra se encuentra en proceso de desmantelamiento, con centenares de personas trabajando directamente en estos trabajos para los que se necesita mano de obra especializada. Por este motivo Endesa ha promovido cursos de formación específicos para desarrollar estas tareas entre la población local, de tal modo de fomentar esa mano de obra en la zona. Asimismo, Endesa se ha presentado un ambicioso plan para el nudo de Andorra con proyectos que aúnan desarrollo industrial y social de la zona.
Esta desconexión venía acompañada de un plan de futuro, Futur-e, en el que se venía trabajando, como en el resto de infraestructuras en proceso de cierre, desde hacía varios años con el lanzamiento de un concurso internacional para la búsqueda de proyectos que posibilitaran el desarrollo económico e industrial en los terrenos de las centrales una vez su cierre fuera una realidad.
Esta iniciativa, única en España, responde al compromiso de la compañía de realizar una transición energética justa que conlleve la sustitución de la capacidad de generación de las centrales de carbón por tecnologías limpias y renovables, así como la generación de riqueza y empleo, a través del desarrollo de proyectos industriales que cumplan criterios de sostenibilidad social y ambiental.
En el caso de Litoral se han recibido 14 propuestas vinculantes de 10 promotores diferentes que versan sobre temáticas relacionadas con la economía circular, la acuicultura, los biocombustibles, el turismo y la logística. Una mesa de expertos que involucra a todas las entidades está analizando la viabilidad de cada proyecto con la vista puesta en el futuro de la zona. Paralelamente a estos concursos Endesa estudia en cada emplazamiento de sus centrales proyectos renovables que permitan la sustitución de la generación con carbón a energías 100% verdes.
Actualmente la Central Térmica Litoral se encuentra en desmantelamiento, de la mano de una empresa especializada local, un proceso que sigue los principios de economía circular por lo que se están llevando a cabo donaciones a entidades de la zona para su utilización, como a colegios donando material de laboratorio de las antiguas centrales.
Mientras, la mesa de evaluación del concurso internacional sigue trabajando y ha pasado a la siguiente fase, 6 de los proyectos iniciales, valorando los que se basan en economía azul, biocombustibles y logística.
COMPOSTILLA Y PROYECTOS DE FUTURO
La central de Compostilla se encuentra ubicada entre los municipios de Cubillos del Sil y Ponferrada, en León. La instalación está siendo desmantelada, proceso que durará unos 48 meses y en el que actualmente trabajan 156 personas, el 78,2 % de las cuales son residentes en la comarca del Bierzo, ya que Endesa les ha dado prioridad en la contratación a los vecinos de la zona.
El concurso internacional lanzado por Endesa al amparo del Plan Futur-e permitió seleccionar siete proyectos empresariales que se implantarán en Cubillos del Sil. Estas iniciativas generarán 160 puestos de trabajo, con una inversión que supera los 260 millones de euros, y tienen una clara orientación hacia la economía circular. Entre las nuevas compañías que Endesa lleva a la zona destaca una planta de reciclaje de palas eólicas, en alianza de Endesa con Prezero y General Electric y su filial LM Wind Power. Esta factoría vendrá a paliar una grave carencia que afecta a todo el sector eólico español, desprovisto de instalaciones para procesar los millares de equipos que serán retirados en un futuro inmediato. La planta podrá reciclar unas 2.000 palas por año.
También, gracias al Futur-e de Endesa, se localizará en Cubillos una factoría de reciclaje de baterías de vehículos eléctricos, en la que participarán Endesa y Urbaser. a través de su filial Sertego. Será la primera de su género en la Península Ibérica, y necesitará una compleja red logística. Tanto en un caso como en el otro está previsto que la construcción de las instalaciones comience en 2023.
Además de la promoción de proyectos, El Plan Futur-e de Compostilla prevé el desarrollo de 625 megavatios renovables en la zona, cuya construcción dinamizará el mercado laboral local. Asimismo, el programa incluye una labor intensiva de capacitación profesional, con la impartición de cursos para residentes en la comarca.
Ya ha terminado la formación de trabajadores en desmantelamiento de instalaciones industriales, así como en operación y mantenimiento de parques eólicos, y antes de que termine el próximo junio se habrán impartido cuatro cursos para personal de instalaciones fotovoltaicas, con lo que el total de alumnos alcanzará los 460. Las actividades docentes se realizan en colaboración con la Fundación Ciudad de la Energía (CIUDEN), del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, y con la Fundación Santa Bárbara, de la Junta de Castilla y León.
AS PONTES, LA ÚLTIMA
El complejo de generación de As Pontes está situado en el norte de la provincia de A Coruña, en el municipio de As Pontes de García Rodríguez. En operación desde 1976, es la mayor central térmica española, con 1.400 MW instalados. A lo largo de los años esta planta ha sido objeto de tres grandes reformas, para adaptarse a las normativas vigentes en materia medioambiental. La última de las modernizaciones requirió una inversión de 270 millones de euros en los sistemas de reducción de emisiones a la atmósfera.
El 27 de diciembre de 2019 Endesa solicitó de forma oficial ante el Ministerio de Transición Ecológica el cierre de la central, tramitación que todavía no ha culminado, por lo que la instalación se encuentra disponible y a requerimiento del gestor del sistema. No obstante, ya ha iniciado el proceso de transición, respetando el puesto de trabajo a los 174 empleados de As Pontes, que están siendo recolocados. También el personal de las empresas auxiliares tendrá preferencia en las oportunidades laborales que generará el futuro desmantelamiento de la central, así como en el desarrollo de nuevas instalaciones renovables que Endesa proyecta en la zona. Habrá una amplia oferta de cursos de capacitación para facilitar el paso de una a otra actividad.
El Plan Futur-e de As Pontes incluye elevadas inversiones en energías renovables. Endesa se propone desarrollar hasta 1.505 MW de capacidad eólica, con 1.581 millones de euros y con 125 puestos de trabajo estable en su operación y mantenimiento. Estos parques aportarán la energía limpia y a precio competitivo que necesita el tejido empresarial gallego para mantener o crear centenares de empleos.
Endesa también contempla en Galicia la búsqueda de nuevas alternativas empresariales a la térmica que se cierra, por lo que, una vez que lo permita el avance de la tramitación administrativa del final de la instalación, la compañía lanzará otro concurso internacional de proyectos. No obstante, con el ánimo de ganar tiempo, Endesa ya está realizando gestiones a nivel global para buscar emprendedores que quieran aprovechar las capacidades industriales de As Pontes.
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