Las compañías de todo el mundo se enfrenta a los retos que rodean la transición energética debido a los elevados tipos de interés, los cambios normativos y los costes de los insumos fluctuantes y en rápido descenso. Sin embargo, las perspectivas de crecimiento a largo plazo en un mercado de rápido crecimiento están intactas y nunca antes se había invertido tanto dinero en energías limpias.
Las turbulencias de la transición energética son, por tanto, cíclicas: a periodos de sobreinversión siguen otros de infrainversión. Sin embargo, estos ciclos oscilan en torno a una tendencia creciente a medida que avanza la transición energética y el impacto negativo de los países que no cumplen los objetivos medioambientales mundiales.
Esto, aumenta los costes y la pérdida de productividad mundial debido a la aceleración del cambio climático. Así lo confirma también el hecho de que las inversiones en energías limpias alcanzaran un nuevo récord el año pasado, superando significativamente a las de combustibles fósiles.
Mercado atractivo
La valoración relativa del sector es muy atractiva dado el sentimiento, más bien negativo. Llevamos más de tres años de reajuste del sector. Este declive ya ha durado algo más y ha afectado significativamente al rendimiento relativo en comparación con la burbuja tecnológica de 2002, por ejemplo.
Aunque el impulso y el sentimiento siguen siendo débiles en la actualidad, lo que se refleja en la baja valoración relativa, los fundamentos y el acceso al capital de deuda son mucho más positivos. El factor decisivo para los inversores en 2024 será sin duda no perder de vista el crecimiento de los beneficios y la creación de valor, además del crecimiento de las ventas. Esto significa que las empresas deben tener claras ventajas competitivas.
Podrían aumentar las adquisiciones
En cuanto a los distintos subsegmentos, el sector de la energía eólica parece muy prometedor en la actualidad, dado el récord de pedidos recibidos y la mejora de los márgenes de beneficio. Es probable que el sector solar toque fondo este año, ya que los volúmenes de pedidos y los precios de los sistemas han caído recientemente de forma significativa y han ido acompañados de cierres de capacidad. Al mismo tiempo, las valoraciones relativas en este sector son bajas.
Los sistemas de almacenamiento de baterías y los materiales para baterías sufrieron una presión similar a la de la industria solar, ya que la demanda de vehículos eléctricos ha caído. En cambio, los sectores de la eficiencia energética y las redes eléctricas se comportaron mucho mejor, ya que no están expuestos a la misma dinámica sectorial y la economía se mantiene en general relativamente bien.
Los fabricantes de pilas de combustible, por su parte, luchan contra el aumento de los costes de producción del hidrógeno ecológico. Por último, los servicios públicos y los productores de electricidad han tenido que aplazar a veces proyectos a raíz de la rápida subida de los tipos de interés y han figurado entre los que han obtenido peores resultados desde principios de este año. Sin embargo, este sector debería haber tocado fondo.
En cuanto al conjunto del sector de las energías renovables, no nos sorprendería que volvieran a producirse fusiones y adquisiciones. En el pasado, este ha sido cada vez más el caso con discrepancias de valoración como las que estamos viendo actualmente en el mercado.
Entorno normativo positivo
Las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre están contribuyendo sin duda al actual estado de ánimo un tanto “apagado” en el sector energético, ya que están creando cierta incertidumbre. No obstante, nuestra experiencia del último mandato de Trump como presidente de EE. UU. demuestra que el sector de las energías renovables ha seguido creciendo gracias al fuerte apoyo bipartidista.
Echemos un vistazo al entorno regulatorio. Los cambios regulatorios siempre formarán parte de las condiciones marco del sector de las energías renovables, ya que el sector energético siempre ha estado muy regulado. El apoyo al sector tras la pandemia de Covid con la Ley de Reducción de la Inflación de EE.UU. y el Green Deal de la UE, así como otras actividades, es muy positivo en general y debería dar al sector un importante viento de cola para el futuro.
Christian Rom es Gestor de Cartera de DNB Fund Renewable Energy en DNB Asset Management
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