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En Shell, hemos expresado públicamente nuestro apoyo al Acuerdo de París, así como nuestra intención de ser parte activa para que se cumpla.

Recientemente, y a partir de lecciones extraídas de escenarios y análisis previos elaborados por Shell*, nuestra compañía ha difundido un nuevo escenario, Sky (Cielo), que presenta una posible vía de descarbonización de la economía global mediante la cual se llega a emisiones netas cero en 2070, es decir en tan solo 50 años, a lo largo de los cuales se transformará completamente la manera en la que utilizamos y producimos la energía, cambiando radicalmente tanto el sistema energético como económico que suministrará energía a todo el mundo, pero sin dejar un legado climático que la sociedad no pueda sostener. Con ello se logrará un equilibrio entre las emisiones antropogénicas y las absorciones por sumideros de gases de efecto invernadero.

Pero este recorrido hacia la descarbonización tendrá éxito sólo si se implementa mediante un proceso adoptado por la sociedad, liderado por los gobiernos y coordinado por organizaciones tales como la Convención Marco sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas, la UE y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático entre otros. Sky nos indica que el camino es técnicamente posible, pero supone un enorme desafío que requiere una rápida aceleración en todos los aspectos de la transición energética, así como marcos de política robustos dirigidos a reducir las emisiones.

¿Qué tendría que ocurrir desde ahora hasta 2070?

  • Los gobiernos necesitarían adoptar mecanismos de fijación de precios del carbono a nivel global a lo largo de la década 2020 lo que impulsaría un coste significativo del CO2 integrado en los bienes y servicios de consumo
  • Las nuevas fuentes de energía deberían crecer hasta cincuenta veces, y la energía primaria procedente de las energías renovables debería eclipsar a los combustibles fósiles en la década de 2050
  • La tasa de electrificación de la energía final debería triplicarse, alcanzando la generación de electricidad mundial un nivel casi cinco veces superior al de hoy en día
  • Debería darse un cambio de mentalidad del consumidor para que prefiera elegir soluciones bajas en carbono y altamente eficientes
  • Debería adoptarse un cambio radical en la eficiencia del uso de la energía
  • Se tendrían que construir unas 10.000 instalaciones de captura y almacenamiento de carbono (CCS), cuando en 2020 solo hay previstas unas 50 en funcionamiento
  • Se debería alcanzar una deforestación neta cero. Además, un área del tamaño de Brasil reforestado ofrecería la posibilidad de limitar el calentamiento a 1.5 ° C, la ambición máxima del Acuerdo de París.

Turbulencias para “Sky”

Sin embargo, el éxito de Sky no está garantizado ya que durante las próximas décadas deberemos afrontar múltiples turbulencias, tales como:

  • Mayor población, mayor demanda energética. Pasaremos de los 7,5 mil millones en 2017 a 10 mil millones en 2070. Durante este periodo, la demanda mundial de energía también crece, pasando de 570 exajulios en 2015 a 1.000 exajulios en 2070
  • Si bien es cierto que el carbón irá perdiendo peso en las próximas décadas, se trata todavía de un recurso energético importante y abundante
  • No todas las economías podrán llegar a emisiones netas cero al mismo tiempo. Es posible que la UE o Norteamérica necesiten considerar esto como un objetivo para el 2050, en parte para equilibrar los países que lo alcanzarán mucho más adelante
  • La aparente falta de soluciones de bajas emisiones de carbono para sectores como aviación, transporte marítimo, fabricación de cemento y vidrio o la fundición, entre otros, conlleva que sectores significativos de la economía industrial no evolucionarán rápidamente hacia cero emisiones

Un escenario para el éxito

Alcanzar cero emisiones en solo 50 años no deja margen para la interrupción, tecnologías estancadas, retrasos en implementaciones o indecisión política. Se requiere cambios a todos los niveles de la economía y del sistema energético.

Una de las tendencias más importantes en Sky es la electrificación. En este escenario, esta avanza rápidamente y en todos los segmentos - transporte, calefacción doméstica y procesos industriales. En 2070, la electricidad supera el 50% del consumo final de energía, valor significativamente superior al 20% de 2010. A modo de ejemplo, en 2035 todos los vehículos vendidos en la OCDE y China serán eléctricos extendiéndose a todos los vehículos de pasajeros en 2050.

El uso del hidrógeno y de los biocombustibles, también se anticipa en el escenario Sky, como fuentes de energía relevantes hacia el 2030.

El gas natural juega un papel muy importante como sustituto del carbón en la generación eléctrica, actuando asimismo de tecnología de respaldo de la producción intermitente de origen renovable, decayendo su demanda a partir del 2040.

Soluciones basadas en la naturaleza

El acuerdo de París exige un equilibrio entre las fuentes de emisiones y las absorciones mediante sumideros de los gases de efecto invernadero. El acuerdo reconoce que incluso después de importantes esfuerzos de mitigación mediante sustitución, las emisiones continuarán, lo que significa que los sumideros jugarán un papel relevante.

En este sentido, Sky apuesta por la promoción de sistemas de captura y almacenamiento de emisiones, que llegarán a gestionar un trillón de toneladas de CO2 a lo largo de este siglo. Pero va más allá, posicionando otro mecanismo que permitirá reestablecer ecosistemas dañados debido a los cambios en los usos de las tierras. Se trata de la reforestación, la restauración y la prevención de la deforestación que puede convertirse en un punto de inflexión para impulsar el ambicioso objetivo del 1.5 °C marcado en el Acuerdo de París. Así que las soluciones basadas en la naturaleza (como plantar bosques o restaurar humedales para actuar como sumideros de carbono) serán muy relevantes en los años venideros. Y Shell ya está impulsando varias iniciativas en este campo. Pero esto será tema para otro artículo.

Natalia Latorre, presidenta del consejo de administración de Shell España, S.A. y directora del negocio de gas & electricidad.

  • El escenario Sky se une a los otros dos escenarios de Shell: Montañas y Océanos. Todos ellos exploran una amplia gama de posibles efectos para el sistema energético, revelando ideas útiles y mostrando caminos potenciales que el mundo podría tomar.

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