España acudirá a la cumbre del clima de las Naciones Unidas, COP27, con el reto de rebajar sus emisiones de gases de efecto invernadero a la mitad en menos de nueve años, pues en 2021 cerró con un nivel de emisiones similar al de 1990, año que se toma de referencia en el proceso de descarbonización mundial.
La Unión Europea ha elevado del 40 al 55 % su objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en 2030 respecto a 1990 y para alcanzarlo negocia el denominado paquete de medidas "Fit for 55", que como primer paso prohibirá la venta en Europa de turismos y furgonetas con motor de combustión nuevos a partir de 2035.
Como Estado miembro, España adopta dichos objetivos como propios, en lo que en el marco de la ONU se denomina Contribuciones a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), compromisos que adquieren los países para reducir sus emisiones y lograr que la temperatura mundial no suba más de 1,5 grados (Acuerdo de París).
Acuerdo de París
En 2021, las emisiones brutas de dióxido de carbono (CO2) equivalentes de España sumaron 288,6 millones de toneladas, cifra muy similar a la de 1990 (290,1 millones de toneladas) y muy inferior al máximo alcanzado en 2007 (446,7 millones), según el último Inventario de Emisiones de GEI del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Respecto a 2020, las emisiones repuntaron el 5,1 %, aunque hay que tener en cuenta que ese año habían bajado el 12,5 % debido a las medidas adoptadas para frenar el avance de la covid-19.
Si la comparativa se remonta a 2019 (313,8 millones de toneladas), año con un nivel de actividad normal y sin restricciones a la producción o la movilidad, las emisiones se redujeron el 8 % en 2021.
Queda por ver lo que ocurrirá con las emisiones de CO2 en 2022, en el que se verán influidas tanto por el fin de las restricciones relacionadas con la pandemia como por la ola de incendios que ha azotado al país, entre otros factores.
Primera Ley de Cambio Climático
Para avanzar hacia la neutralidad de emisiones en 2050, España aprobó en 2021 su primera Ley de Cambio Climático y Transición Energética de España, que establece objetivos mínimos nacionales a 2030, que podrán ser revisados el año que viene.
Entre estos objetivos, destacan que las emisiones de gases de efecto invernadero bajen, al menos, un 23 % respecto a 1990, o lograr una penetración mínima de renovables en el consumo energético final del 42 %, porcentaje que el caso de la generación de electricidad se eleva al 74 %.
Entre las medidas para reducir las emisiones procedentes del transporte por carretera y mejorar la calidad del aire, está que las ciudades de más de 50.000 habitantes (149 en España) cuenten a 1 de enero de 2023 con zonas de bajas emisiones (ZBE) por las que no pueden circular los vehículos más contaminantes.
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