España es uno de esos países en los que casi siempre suele fallar algo. Bueno, debe ser algo inherente al ser humano, a decir verdad. El caso es que por h o por b las cosas acaban saliendo pero no como gustaría. Siempre hay un pero.
Desde que escribo de energía hace más de 15 años aproximadamente, nunca llueve a gusto de todos en el sector energético. Siempre hay alguien al que no le gusta una normativa, o no le gusta lo que sea. Hay épocas en las que las cosas van mal (léase la reforma de 2012-2013 o la crisis energética recientemente vivida) en la que todo eran lloros, pero las cosas en este sector han cambiado y una decena de años después o mejor dicho, ahora, se atisban unos años de crecimiento importante.
Al sector energético le va bien, o incluso se podría decir muy bien. La transición energética está siendo una gran oportunidad para muchos actores y se están beneficiando de ello muchas empresas y por tanto muchos trabajadores españoles.
Problemas
Pero hay varios problemas. El principal de ellos es que no van todos a una como en Fuenteovejuna. Sino que cada uno va haciendo la guerra por su cuenta. Es totalmente lícito, pero luego vienen los lloros por las diferencias de unos con otros. Y si cada uno va haciendo la guerra por su cuenta, es difícil lograr los objetivos conjuntos que tiene el país.
Es de vital importancia que regulador (CNMC), Gobierno y administraciones autonómicas, y las empresas del sector energético trabajen todas juntas. Y no me refiero a que trabajen todas juntas por el mismo objetivo, no, porque todos están mirando por la descarbonización, la meta es la misma.
Pero unos van a una velocidad y otros a otra, unos cogen más atajos y otros no, a unos les cuesta más porque no tienen medios, y así es muy complicado que se consigan verdaderamente los objetivos.
España tiene en estos momentos una gran ventaja frente a sus socios europeos. Tiene ya la electricidad más barata de todo el Viejo Continente, y lo mejor de todo, que la seguirá teniendo por muchos años. Y todo gracias a nuestro amigo el sol. A las renovables, también la eólica.
Gracias a los excelentes recursos que tiene el país, España se va a asegurar una altísima producción renovable y eso significa precios muy bajos de la energía que son fundamentales para la industria.
Retos y oportunidades
España está ante una de las grandes oportunidades que te ofrece la vida, es como la chica o el chico que siempre pasa por delante de ti y que a veces, paras, te detienes y conoces a la persona de la cual te enamoras. Estamos para coger todos el mismo tren, y es fundamental que todo el mundo se subas en él, si no, se va a descarriar.
Es fundamental que la clase política del país salga de las trincheras, del y tu más, de los buenos y malos, de las dos Españas y todas estas cosas que no nos llevan a buen puerto. Es clave que todos los partidos políticos crean en esto si no va a ser complicado para el país.
Es primordial que se dediquen más esfuerzos económicos (vía ayudas europeas por ejemplo) a mejorar la administración. España necesita una gran reforma de la administración. Entera, desde el Gobierno hasta el último de los ayuntamientos. Y para eso se necesitan más recursos. Tener una Administración más moderna, tecnológica, digital, ágil y por qué no decirlo renovada, más joven, con ganas.
Por otro lado, también necesitamos que el regulador sea más independiente, que tenga mayores recursos para poder regular en condiciones de tal forma que regulación y mercado vayan a la misma velocidad. A día de hoy esto no pasa y se nota.
Y también necesitamos más por parte del sector privado y de la sociedad en general. Las empresas tienen que ser más sociales, no sólo ver el beneficio por el beneficio, que está bien, pero no hace falta querer romper el saco. No hace falta querer dar el pelotazo continuo, no hace falta ser tan egoístas e ir pisando cabezas. Hay que trabajar más por el bien común.
Y ese bien común no es otro que España, su economía y sus ciudadanos, y no por ese orden. Y por extensión, Europa.
Si todo esto se consiguiese, les aseguro que tendríamos un mejor país, pero no sé por qué preferimos el otro lado, el oscuro, el de la batalla continua y sería muy triste perder esta oportunidad de convertirnos en una gran potencia de la mano de las renovables y otras nuevas tecnologías. Lo tenemos todo, sólo falta voluntad.
PD. Ayer se dio un interesante encuentro en el que coincidieron los tres y ese es el camino. Aprovechemos la bonanza económica para crecer, no para destruir.
Un análisis-opinión de Ramón Roca, director de El Periódico de la Energía.
David B
27/09/2024