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España avanza en transición energética, pero necesita acelerar en reindustrialización

Para McKinsey & Company, España cuenta inicialmente con tres fortalezas estratégicas que posibilitan un eventual y posible liderazgo en reindustrialización a nivel europeo

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España está haciendo avances importantes en su transición hacia una economía más sostenible, estando así en "buen camino" en esta materia, aunque enfrenta importantes obstáculos y está "rezagada" en su proceso de reindustrialización, según las conclusiones del Índice de Transición Energética e Industrialización realizado por McKinsey & Company.

David González, socio senior de McKinsey & Company, destacó que España cuenta inicialmente con tres fortalezas estratégicas que posibilitan un eventual y posible liderazgo en reindustrialización a nivel europeo: "la capacidad para producir energía descarbonizada, segura y de bajo coste; una base industrial sólida en determinados sectores, y una infraestructura robusta", y estimó que "encabezar la transición en Europa podría generar un impacto económico de gran magnitud para el país".

"España está en buen camino en el frente de la transición energética, pero está rezagada en el de industrialización, según nuestro análisis de los ocho y seis indicadores que, respectivamente, miden el progreso", añadió.

En concreto, en lo que se refiere al progreso energético, según se desprende del índice, España ha cogido la delantera en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (-4% frente 1990 niveles) y en la integración de más energía renovable en el 'mix' energético (22% renovables en 2023, principalmente impulsados por el crecimiento de energía solar y eólica).

Además, ha mantenido los precios asequibles de la electricidad de los hogares y los precios de la electricidad de la industria son competitivos en comparación con el promedio europeo - aproximadamente un 30% más baratos, la mayor diferencia que hemos observado en la última década.

Los costes de la transición energética

A este respecto, Maria João Ribeirinho, socia senior de McKinsey, consideró que la competitividad de España en términos de costes energéticos "ha aumentado significativamente", debido, principalmente, a la reducción de los precios del gas y la creciente contribución de las energías renovables.

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Aún así, advirtió de que para que esta ventaja en costes de producción se traslade a la competitividad de la industria, "es necesario no añadir costes externos ni sobrecargas impositivas al coste de la energía".

No obstante, en términos del avance industrial, España se encuentra rezagada y, particularmente, en lo que se refiere a la adopción de tecnologías limpias críticas y moléculas renovables - como los vehículos eléctricos (VEs), hidrógeno verde, biocombustibles y biogas /biometano.

Por ello, si España quiere alcanzar los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) para 2030 en algunas de estas áreas y los diseños generales de Net Zero en España, Ribeirinho señaló que debe "seguir el buen progreso y acelerar la adopción de algunas tecnologías críticas".

Falta de inversión en I+D+i

Además, entre otros de los retos críticos que enfrenta España, el índice de McKinsey apunta a la falta de inversión en investigación y desarrollo (I+D), que es esencial para impulsar la innovación y asegurar la competitividad de la industria en el largo plazo.

Así, muestra que las inversiones movilizadas en la industria -que llegaron a 295.000 millones de euros en 2023- están creciendo a un ritmo ligeramente inferior al promedio europeo, pero la inversión en I+D, que se ha mantenido prácticamente constante en la última década, representó solo el 1,4% del PIB en 2022, una cifra muy inferior al objetivo del 3% establecido por la Unión Europea en su estrategia de crecimiento a largo plazo.

Este índice, que analiza el progreso y los desafíos de España en el proceso de la reindustrialización 'verde' y que se publicará semestralmente, forma parte de la Iniciativa de Transición Energética e Industrialización (IETI, por sus siglas en inglés) que promueve McKinsey con el objetivo de aprovechar la oportunidad ante la que se encuentra España para liderar la transición energética en Europa mediante la reindustrialización de su economía y acelerar los esfuerzos y movilizar las inversiones para capturar esta oportunidad única.

En concreto, el índice analiza un total de 25 indicadores cuantitativos y aporta conocimientos cualitativos de expertos de McKinsey, así como representantes de los principales actores de la energía e industria, pretende dar transparencia sobre el progreso de España en la doble transición 'verde'.

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