En 2022 se incorporaron al sistema eléctrico nacional más de 8.300 MW de nueva potencia renovable, una cifra récord que supera en un 22% el anterior máximo (2019). En total, se conectaron a la red 5.663 MW (1.382 MW eólicos y 4.281 MW fotovoltaicos) a los que se sumaron 2.649 MW en proyectos de autoconsumo.
Estas cifras contrastan con los insuficientes avances en almacenamiento o hibridación, a lo que ha de sumarse un descenso del 2,9% en la demanda eléctrica nacional según datos de OMIE.
Con el objetivo de asegurar una integración óptima de la nueva generación renovable en España, es necesario evolucionar hacia un mix renovable diversificado y realizar avances en gestionabilidad (almacenamiento, hibridación, electrificación y gestión de la demanda).
Los sectores difusos, como los usos térmicos y la movilidad, deben formar parte importante de esta transición, especialmente con el uso de bombas de calor de alta eficiencia, cuyo despliegue prevé duplicar el Plan REPowerEU.
El 'boom' de las renovables
El año pasado se han batido todos los récords de instalación renovable en nuestro país. A los 6.930 MW fotovoltaicos instalados (2.649 en autoconsumo y 4.281 conectados a red) se sumaron 1.382 MW eólicos.
Una cifra que mantiene el ritmo instalador en la senda correcta para alcanzar los objetivos marcados en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) o la Hoja de Ruta del Autoconsumo, pero que arroja dudas sobre la capacidad de integración renovable. El crecimiento muy focalizado en una sola tecnología, la solar fotovoltaica, y los insuficientes avances en materia de almacenamiento, hibridación y electrificación de la demanda hacen necesario un mayor impulso en estos ámbitos para asegurar una óptima integración de esta electricidad renovable.
La APPA Renovables se hace un llamamiento para adecuar la senda de crecimiento a los esfuerzos en electrificación y gestionabilidad: la caída de demanda eléctrica (-2,9%) ha sido superior a la generación eléctrica del autoconsumo (equivalente al 1,8%), lo que implica que, en términos generales, se está consumiendo menos electricidad en nuestro país.
“Es fundamental realizar un esfuerzo para incrementar la demanda eléctrica, especialmente en aquellos casos en los que se produce una sustitución directa de combustibles fósiles como el gas”, ha explicado el Director General de APPA Renovables, José María González Moya. El uso de bombas de calor de alta eficiencia para satisfacer usos térmicos o el impulso de la movilidad eléctrica son algunos ejemplos de cómo se puede, en el mismo proceso, reducir la dependencia de las importaciones, descarbonizar la economía e incrementar la demanda eléctrica.
Vertidos y efecto canibalizador, los grandes retos
Moya ha subrayado “el magnífico potencial renovable que tiene España solo podrá aprovecharse de forma óptima si garantizamos la gestionabilidad del sistema y el uso de la electricidad renovable generada”. En el actual escenario de reducción de la demanda, récord de instalación renovable y aprobación masiva de proyectos, es necesario un esfuerzo adicional**** para asegurar la integración óptima de los proyectos. “Debemos trabajar en la gestionabilidad e incrementar la demanda eléctrica para aprovechar toda la capacidad de producción renovable, tanto de las instalaciones conectadas a red como las de autoconsumo, que en la actualidad no pueden verter el 19% de sus excedentes”, ha concluido el Director General de APPA Renovables.
Los vertidos – generación eléctrica no aprovechada – y el efecto canibalizador que estas energías provocan, al generar electricidad de forma simultánea y bajar con fuerza los precios del mercado, son retos a los que debemos anticiparnos antes de que se conviertan en un problema para nuestro país y nuestras empresas. En este sentido, y si no se realizan inversiones en almacenamiento, electrificación y gestionabilidad, el efecto canibalizador será mayor si nuestro desarrollo renovable apuesta en exceso por una tecnología, como ocurre con la fotovoltaica, con una curva de producción común a todas las unidades de generación.
Entre enero y febrero se han visto ejemplos de precios por debajo a los 10 €/MWh y consignas de bajada de producción, algo que en los meses de verano será aún más grave en un sistema con cerca de 25 GW de potencia fotovoltaica (entre autoconsumo y plantas conectadas a red) y un máximo histórico de consumo del orden de 45 GW.
Anselmo
02/03/2023