España ha subido del puesto 38 al puesto 36 en la clasificación del Índice de Actuación frente al Cambio Climático 2019 (CCPI), publicado este lunes 10 de diciembre en la COP24 en Katowice (Polonia), gracias especialmente al nuevo impulso a la ambición climática y las energías renovables, con las políticas y legislación introducidas después del cambio de gobierno, según ha informado Seo BirdLife.
Sin embargo, la organización advierte de que los últimos datos disponibles a nivel estatal indican que, a finales de 2017, las emisiones "seguían la preocupante tendencia al alza de los últimos años".
"Felicitamos al nuevo Gobierno por las iniciativas de los últimos meses que han hecho que España suba ligeramente en la clasificación este año, pero para seguir esta tendencia y convertirse en un auténtico líder climático se tiene que avanzar con decisión en varios frentes, en competencias de casi todo el Gobierno y de las autonomías y municipios", ha señalado el responsable de Cambio Climático de la organización, David Howell.
Para Seo BirdLife, los deberes "clave" en el próximo año son aprobar una Ley de Cambio Climático y Transición Energética ambiciosa, junto con un Plan Nacional Integral de Energía y Clima; aprobar una Estrategia de Transición Justa y una Estrategia a Largo Plazo para reducir las emisiones a 'neto cero' para mediados de siglo; y avanzar en la eficiencia energética de los edificios, el transporte de emisiones cero y la economía circular.
Además, la organización pide defender los principios de transición ecológica en la posición española frente a la reforma de la Política Agraria Común; lanzar un plan de conservación y restauración de ecosistemas y hábitats; y empezar a revertir la "lamentable" trayectoria de España en I+D+i de los últimos años.
En este sentido, la directora ejecutiva de Seo BirdLife, Asunción Ruiz, ha destacado que los deberes "son claros", tanto para el Gobierno como para todas las fuerzas políticas; las comunidades autónomas y municipios; los sectores económicos; y la sociedad civil.
"Si España apuesta fuerte por la transición energética y la descarbonización, y si lo hace de forma justa y de acuerdo con principios de buena gobernanza y transición justa y ecológica, empezará a contestar a las preocupaciones principales de la sociedad española", ha defendido la experta, al tiempo que ha instado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, "a tomar la iniciativa".
Pocos países implementan estrategias
El Índice de Actuación frente al Cambio Climático 2019 (CCPI), realizado por Germanwatch y el Instituto New Climate junto con la Red de Acción Climática (CAN), refleja que, después de tres años consecutivos de emisiones de dióxido de carbono estables, estas han vuelto a aumentar. Además, muestra que "sólo unos pocos países" han comenzado a implementar estrategias para limitar el calentamiento global por debajo de 2 o incluso 1,5 grados centígrados.
El CCPI señala que, aunque se ha producido un crecimiento continuo de la energía renovable, especialmente en los países que antes tenían una baja puntuación, hay una "falta de voluntad política" en la mayoría de los gobiernos para eliminar los combustibles fósiles a la velocidad necesaria.
En base a los desarrollos tecnoeconómicos de los últimos años, según ha señalado el coautor del CCPI en Germanwatch Jan Burck, el retraso en la implementación de soluciones con bajas emisiones de carbono "difícilmente puede justificarse". "Si bien la cumbre del G20 ha demostrado un fuerte apoyo de 19 países al Acuerdo de París, la voluntad política de esos gobiernos para su implementación nacional aún no se ha visto reflejada", ha criticado.
Por su parte, el profesor y coautor del Instituto NewClimate Niklas Höhne ha destacado que, antes de París, el mundo se dirigía a 4-5 grados centígrados de calentamiento global. "Ahora todavía estamos en un camino a más de 3 grados, lo que representa una perspectiva catastrófica. Eso a pesar de que los costes de la electricidad producida por la energía eólica y solar se han reducido en casi un tercio desde entonces, para que todos los países puedan aumentar el ritmo de instalación", ha precisado.
En este sentido, el coeditor del CCPI Stephan Singer, de Climate Action Network, ha subrayado que la brecha entre los niveles de emisión actuales y lo que se necesita para encaminar al mundo a una ruta por debajo de 2 grados o incluso 1,5 grados, "se está ampliando".
"También estamos viendo una brecha creciente en el liderazgo en un momento en que los países deben fortalecer el régimen climático. Es muy importante que la UE mejore su compromiso climático actual para mostrar liderazgo", ha apuntado Singer.
El informe muestra que ninguno de los 56 países analizados o de la UE se encuentra "claramente" en una trayectoria que consiga ir por debajo de los 2 grados centígrados.
Con clasificaciones buenas en emisiones y energías renovables, Suecia lidera el ranking (rango 4), seguido por Marruecos, que aumentó significativamente su participación en la capacidad de energía renovable y tiene un ambicioso objetivo climático nacional. India avanza (11) gracias a la energía renovable, niveles comparativamente bajos de emisiones per cápita y un objetivo de mitigación relativamente ambicioso para 2030.
Por el contrario, Alemania vuelve a caer, desde el puesto 22 al 27 (sus emisiones no han disminuido desde 2009), y obtiene una calificación media con respecto a la energía renovable y la política climática; y China sube al rango 33 por la tendencia descendente de emisiones de 2014 a 2016 -con un exitoso plan de apoyo a la energía renovable-, aunque comenzaron a aumentar de nuevo recientemente.
En el grupo de países con muy bajo rendimiento en ambición climática aparecen casi la mitad de los países del G20: Japón (49), Turquía (50), Federación de Rusia (52), Canadá (54), Australia (55), Corea (57) y - en el parte inferior del índice - Estados Unidos (59) y Arabia Saudí (60).
Los expertos de Estados Unidos han calificado como "muy baja" la política climática de la Administración Trump, aunque resaltan algunas señales positivas debido a la acción climática en varios estados y ciudades, debido al impulso que los demócratas prometen con su nueva mayoría en la Cámara de Representantes.
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