España podría reducir en torno a 600 millones de euros anuales el coste de su sistema eléctrico si aplicara un modelo más eficiente en la asignación de los servicios de ajuste, según un estudio elaborado por el Instituto de Investigación Tecnológica (IIT) de la Universidad Pontificia Comillas, presentado hoy en el Foro AEGE 2025.
El documento, firmado por los investigadores Tomás Gómez, José Pablo Chaves, Paolo Mastropietro y Matteo Troncia, propone una reforma integral del sistema de liquidación de estos servicios con el objetivo de mejorar la eficiencia, la transparencia y la estabilidad de los costes. Actualmente, España soporta una socialización ineficiente de los servicios de ajuste, cifrada en unos 2.668 millones de euros anuales, que encarece el precio de la electricidad y genera una elevada volatilidad en los cargos aplicados tanto a la generación como a la demanda.
Los servicios de ajuste son mecanismos que permiten equilibrar en tiempo real la oferta y la demanda de electricidad, garantizando la estabilidad del sistema. En el modelo actual, sus costes se reparten mediante cargos variables poco predecibles que, según el IIT, distorsionan las señales económicas y desincentivan comportamientos eficientes por parte de los agentes del mercado. Los investigadores sostienen que este esquema incrementa artificialmente los costes del sistema eléctrico y repercute negativamente en la competitividad de la industria, especialmente en la gran consumidora de energía.
El estudio compara el caso español con las reformas emprendidas en varios países europeos que enfrentaron problemas similares. En Alemania, por ejemplo, los descuentos aplicados a consumidores industriales en las tarifas de red superaron los 1.000 millones de euros en 2024, una cifra que tuvo que compensarse con sobrecargos adicionales para otros usuarios. En Reino Unido, tras observarse efectos negativos comparables, el regulador decidió eliminar los cargos aplicados a la generación e implantar tarifas fijas predecibles para la demanda. Además, se introdujo un fondo de estabilización y un mecanismo de compensación a industrias electrointensivas, lo que contribuyó a reducir el riesgo regulatorio y a mejorar la competitividad del tejido industrial.
Supercharger
Una de las iniciativas más destacadas en este ámbito ha sido el “British Industry Supercharger”, un programa diseñado por el Departamento de Negocios y Comercio británico (DBT) para aliviar los costes eléctricos de las industrias con un consumo intensivo de energía. Este esquema permite una compensación de hasta el 60% de los cargos de red y de los servicios de ajuste, con el fin de reducir en torno a 20 libras por megavatio hora el coste total del suministro eléctrico para las empresas beneficiarias.
El sistema se financia mediante un cargo volumétrico revisado cada seis meses y se aplica únicamente a compañías que acrediten una alta intensidad energética y comercial. Según el regulador británico Ofgem, este modelo busca garantizar la competitividad de la industria nacional frente a otros países europeos con costes energéticos más bajos, al tiempo que mantiene el equilibrio financiero del sistema eléctrico.








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