España y el hidrógeno verde: de la hoja de ruta nacional a la integración internacional

En los últimos años, la dimensión exterior del hidrógeno en España ha experimentado una notable evolución, especialmente desde la publicación de la Hoja de ruta del hidrógeno en 2020. Inicialmente, el enfoque del país estaba centrado en el desarrollo industrial a nivel nacional, pero los eventos geopolíticos recientes, como la invasión rusa de Ucrania, han llevado a España a adaptar su estrategia hacia una mayor integración internacional, con un énfasis particular en las exportaciones según un informe publicado por Springer, titulado The Geopolitics of Hydrogen.

Hasta la fecha, España ha firmado importantes acuerdos bilaterales en materia de hidrógeno con Italia (2020) y Portugal (2021). Estos acuerdos subrayan la necesidad de compartir información, explorar oportunidades de inversión privada e integrar las cadenas de suministro. La cooperación con Alemania también ha sido significativa, dada la convergencia de ambos países en cuanto a la transición energética y la ambición climática. Sin embargo, no todo es armonía; existen tensiones sobre las importaciones de hidrógeno de fuera de la UE y "posibles conflictos relacionados con las ayudas estatales y la política industrial".

Por otro lado, el anuncio en diciembre de 2022 de la construcción del gasoducto H2Med entre España y Francia marcó una nueva fase en la cooperación entre ambos países, aunque este acercamiento "aún se percibe como frágil" señala el informe. Para España, asegurar el compromiso de Francia para la construcción de nuevas infraestructuras es crucial, especialmente para integrar a la Península Ibérica en el mercado energético de la UE. La construcción del gasoducto H2Med, que conectará la Península con Europa a través de Francia, "será determinante para la orientación de la estrategia española en el ámbito del hidrógeno, ya sea hacia el consumo interno o hacia la exportación" detallan Ignacio Urbasos y Gonzalo Escribano, autores del informe.

Colaboración público-privada

El sector privado español también ha jugado un papel clave en el desarrollo del hidrógeno. En octubre de 2022, Cepsa y el Puerto de Rotterdam anunciaron el primer corredor marítimo europeo de hidrógeno verde desde el Puerto de Algeciras. Además, empresas energéticas españolas están explorando mercados con gran potencial en América Latina, como Chile y Brasil, lo que ha abierto nuevas vías de diplomacia empresarial y cooperación en la descarbonización.

Asimismo, la Presidencia española del Consejo de la UE en 2023 consolidó la posición de España como un interlocutor clave con América Latina, con el hidrógeno ocupando un lugar destacado en las negociaciones de la Cumbre UE-Celac.

Desafíos

A pesar de los avances significativos, España enfrenta varios desafíos en su camino para convertirse en un hub de hidrógeno verde. Uno de los mayores obstáculos es la resistencia histórica de Francia a ampliar la conectividad energética a través de los Pirineos. A lo largo de los años, esta resistencia ha limitado la capacidad de España para exportar electricidad y otros recursos energéticos al resto de Europa. "El gasoducto H2Med es una solución parcial a este problema, pero aún queda mucho por hacer para asegurar una integración plena de la Península Ibérica en el mercado energético europeo" explican en el documento.

Otro desafío importante es la falta de una red de hidroductos desarrollada en Europa Occidental. A diferencia del gas natural, que cuenta con una extensa infraestructura de transporte en Europa, el hidrógeno verde "aún requiere inversiones significativas para desarrollar una red de distribución eficiente". Sin esta infraestructura, la capacidad de España para exportar hidrógeno verde a gran escala "estará limitada", lo que podría retrasar la realización de su potencial como líder en este sector.

Además, la reindustrialización y descarbonización de la economía española dependerán en gran medida de la capacidad del país para superar estos desafíos. La transición hacia el hidrógeno verde no solo es una cuestión de liderazgo energético, sino también de revitalización económica, particularmente en regiones afectadas por la desindustrialización. Los proyectos de hidrógeno verde podrían ofrecer una nueva vida a estas áreas, creando empleos y atrayendo inversiones.