Sabotajes reiterados en los cables del Báltico, tormentas devastadoras que dejan a Irlanda a oscuras, la guerra que asola Ucrania y las crisis de precios provocadas por las interrupciones de suministro de combustible por parte de Rusia: El sistema energético europeo se enfrenta a retos sin precedentes. Mientras tanto, Europa está descarbonizando su economía, con una energía limpia y renovable que deberá cubrir el 60% del consumo final de energía en 2050.
A medida que evolucionan las necesidades energéticas, también debe hacerlo la estrategia de seguridad energética de Europa. Un nuevo estudio de Compass Lexecon, encargado por Eurelectric, demuestra la necesidad de un nuevo enfoque de la seguridad energética basado en la electrificación limpia para reducir la dependencia de las importaciones de combustible, disminuir la exposición a las crisis de los precios de las materias primas y aumentar la resistencia a las crisis.
Estrategia nueva
La actual estrategia de seguridad energética de la UE se adoptó en 2014, en un momento en que los países dependían en gran medida de las importaciones rusas y las energías renovables representaban solo una pequeña fracción del mix energético global. Hoy, este panorama ha cambiado radicalmente.
Se espera que las importaciones de energía disminuyan del 60% del suministro energético de la UE en 2022 al 13% en 2050, gracias a la electrificación del transporte y la calefacción. Las energías renovables generarán el 69% de la energía total en 2030 y el petróleo y el gas rusos se irán eliminando gradualmente. Esta evolución exige un planteamiento de seguridad integrado y basado en la energía.
“El último año nos ha demostrado que en Europa ya no se puede seguir como hasta ahora. Con las amenazas a las que se enfrenta nuestro sector, la seguridad del suministro se está convirtiendo en una prioridad urgente que los responsables políticos y los reguladores deben reconocer”, dijo Leonhard Birnbaum, presidente de Eurelectric y CEO de E.ON
Reforzar tres pilares
Para asegurar el suministro eléctrico de Europa, el estudio sugiere reforzar tres pilares:
Mejor planificación: sólo uniendo las piezas se puede ver el puzzle completo. Los marcos de preparación deben abarcar toda la cadena de valor, incluir todos los vectores energéticos, las infraestructuras, abarcar plazos más largos y tener en cuenta las amenazas externas para identificar mejor las necesidades del sistema.
Flexibilidad: se necesitará una capacidad flexible masiva para complementar las energías renovables variables: 175 GW deberían proceder de las nuevas tecnologías de almacenamiento y de la respuesta de la demanda para 2030. Para incentivar las inversiones, serán cruciales los mecanismos de capacidad y los sistemas de apoyo a la flexibilidad.
Mercados que funcionen: unas señales de precios eficaces deben reflejar las necesidades del sistema y permitir a los consumidores contribuir a la seguridad del suministro ajustando su consumo de energía.
“No va a ser un empeño fácil. Asegurémonos de que Europa tiene la visión adecuada para ello”, concluyó Birnbaum.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios