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El Gobierno y su Ministerio de Industria, Energía y Turismo parecen ir pilotando su mal llamada reforma energética como el conductor que circula con el sol de cara y no ve más allá de sus narices, expuesto a sufrir un accidente o, lo que es peor, a que lo sufran los demás. Incluso pareciera que lo hace, además, en dirección contraria y aún así piensa que los equivocados son todos los demás, que van en dirección correcta.

Al ministro Soria y a su secretario de Estado de Energía, Nadal, les da igual que les venga de frente la propia Unión Europa y la mayoría de los países que la componen, un organismo regulador como la CNMC, multitud de asociaciones e instituciones del sector de la energía o toda la población española. Todos ellos han coincidido en apostar por el desarrollo de las energías renovables y el fomento del  autoconsumo, que, aunque también contará con tecnologías como la minieólica o el biogás, conseguirá su mayor despliegue de la mano de la solar fotovoltaica.

¿Europa como modelo?

El pasado 15 de julio la Comisión Europea presentó una propuesta para transformar el sistema energético en Europa. El llamado Paquete de Verano de la Unión de la Energía marca la estrategia hacia una política de cambio climático con visión de futuro, cuyas propuestas dan relevancia al principio de eficiencia energética y sitúan a los hogares y a los consumidores comerciales en el centro del mercado europeo de la energía. Según la Comisión, “es un paso decisivo hacia la consolidación en la normativa del objetivo de la UE de reducir al menos un 40 % las emisiones de aquí a 2030”.

Mientras la Comisión Europea quiere situar a los hogares y a los consumidores comerciales en el centro del mercado europeo de la energía, el Gobierno español sigue regulando para que los consumidores no puedan acceder al sistema eléctrico. La Comisión quiere basar su estrategia de relación con los consumidores en tres pilares: “ayudar a los consumidores a ahorrar dinero y energía a través de una mejor información; proporcionarles un abanico más amplio de actuación a la hora de elegir su participación en el mercado de la energía; y mantener el máximo nivel de protección de los consumidores”.

“Los consumidores”, dice la Comisión, “tienen que estar tan bien informados y capacitados como los compradores y los vendedores en los mercados mayoristas, a través de facturas y normas de publicidad más claras y herramientas de comparación de precios fiables, a la vez que se debe potenciar su gran poder de negociación mediante regímenes colectivos. Los consumidores, asimismo, deben tener la libertad de generar y consumir su propia energía en condiciones justas para ahorrar dinero, proteger el medio ambiente y garantizar la seguridad del suministro”.

La Comisión Europea ha dejado claro que su objetivo es que Europa sea el líder mundial de las energías renovables y entre las propuestas para conseguirlo hace referencia explícita al autoconsumo.

Mientras el comisario de Acción por el Clima y Energía, Arias Cañete, lanzaba un claro mensaje a los inversores, las empresas y la industria: “inviertan en energías limpias, están aquí para quedarse y seguir creciendo”, el Gobierno español con sus hechos parece decir lo contrario: las renovables han llegado hasta aquí y aquí se van a quedar. El año pasado, y como fruto de la paralización a la que ha llevado el Gobierno al sector, se instalaron en España 43 MW renovables -7 de ellos de fotovoltaica-, cuando en 2013 se habían instalado 2.882 MW y 2.300 MW en 2012.

Pero lo más grave de este asunto es que el Gobierno del Partido Popular con su política en contra de la energía solar  ha contribuido a liquidar una industria productora de tecnología de generación que era referente en el mercado internacional.

Xabier Albistur.
Xabier Albistur.

Sin embargo, el mundo avanza y son “ellos los que siguen inventando”. Por referirnos sólo al sector fotovoltaico, en 2014 Reino Unido instaló 2.402 MW, Alemania 1.898 MW y Francia 927 MW. Lejos de Europa, China ha llegado ya a los 10.600 MW instalados, Japón a los 9.700 MW y Estados Unidos ha superado los 6.500 MW. España acumula 4.428 MW fotovoltaicos instalados, lo que representa el 4,3% de toda la potencia del sistema eléctrico peninsular, que cubre el 3,1% de la demanda de energía eléctrica.

Este Gobierno mira casi siempre a Europa, excepto en materia de renovables. Desde la Unión Europea y el propio comisario popular  Cañete le han sacado los colores al ejecutivo español para que revise su política de renovables pues de lo contrario España no cumplirá su objetivo de alcanzar el objetivo del 20% de generación con  renovables en 2020. Industria insiste en que cumplirá el objetivo y dice que en 2014 alcanzará el 17,1% cuando Eurostat lo situaba en 2013 en el 15,43%. Es evidente que el incremento que maneja el Gobierno no se justifica con los 43 MW instalados el año pasado. La propia CNMC considera “imprescindible” el desarrollo del autoconsumo eléctrico para que España cumpla sus objetivos europeos de renovables y pide que se establezca una regulación clara y jurídicamente segura para el mismo.

Más renovables, electricidad más barata

En su estrategia de culpar a las energías renovables, el Ministro Soria recurre, como antaño, a la “pertinaz sequía” para justificar el encarecimiento de la electricidad, cuando mucho antes de las olas de calor que venimos sufriendo el mercado ya apuntaba una fuerte subida de su precio, que no se justificaba ni por incremento de la demanda ni por ausencia de energías renovables procedentes del viento, sol o agua.

Una vez más, se demuestra que ante la ausencia de energías renovables el consumidor está expuesto a los altos costes de producción que tiene un sistema poco eficiente y que, en situaciones como la actual, favorece que las compañías eléctricas tradicionales introduzcan en el sistema tecnologías de producción costosas y contaminantes.

Hay viento y hay agua suficiente que no se utiliza (los embalses están por encima de la media de capacidad de los últimos cinco años) y si hubiéramos contado con más potencia solar instalada se podría haber atendido con ella el incremento de puntas de demanda.  Si, por el contrario, se hubiera permitido desarrollar el sistema de autoconsumo, gran parte de la demanda originada por el encendido de los aires acondicionados hubiera sido absorbida por estas instalaciones domésticas, particularmente en las zonas más afectadas por la meteorología tan calurosa.

El Gobierno no dialoga con el sector fotovoltaico pero sí parece que escucha en particular a las tres grandes eléctricas, que ven con recelo la llegada de nuevos actores en el sector eléctrico y que se desarrolle la generación distribuida y con ella se camine hacia un modelo en el que el consumidor pueda generar su propia energía.

Desde APPA apostamos por el mercado fotovoltaico en su conjunto. Defendemos los intereses de los pequeños promotores que han arriesgado su dinero en una pequeña instalación y cuyo interés está en salvar sus inversiones pues de ello depende su futuro. Pero desde APPA también trabajamos para que se den las condiciones para que se desarrolle en nuestro país un sector, como el fotovoltaico, que juega ya un importantísimo papel en el suministro de energía en todo el mundo, tanto a través del autoconsumo, como de instalaciones de mediana y gran escala. Estas últimas han alcanzado ya a nivel mundial los 45.000 MW.

Pero una vez más, el Gobierno sigue yendo a contracorriente en materia de energía al paralizar un sector, el fotovoltaico, que, según un reciente informe de la asociación SolarPower Europe, crecerá de aquí a 2020 un 80% en Europa y pasará de los 88.000 MW instalados actualmente a los 158.000 MW. Ello, gracias a que los precios de la tecnología fotovoltaica han disminuido un 80% en la última década. La fotovoltaica es cada vez más competitiva económicamente y generar electricidad con ella es ya más barato que hacerlo con tecnologías fósiles.

A pesar de que la fotovoltaica española se sitúa entre las más competitivas del mundo, las trabas administrativas del Gobierno tienen paralizada la inversión en generación solar y, por tanto, en autoconsumo. Y así seguirá si el borrador de Real  Decreto Ley sobre el mismo ve la luz en los términos conocidos.

Sólo pedimos sensatez y coherencia. Señores del Gobierno, escuchen a la Comisión Europea, escuchen a sus ciudadanos, miren lo que hace el mundo, retiren el borrador sobre autoconsumo, un grave error político y energético, y terminen con tanta paranoia energética.

Xabier Albistur es presidente de APPA Fotovoltaica.

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