El Gobierno francés presentó este miércoles un plan de choque para amortiguar el impacto del encarecimiento de la energía que contempla, entre otras cosas, el pago de la mitad del sobrecoste de gas y electricidad a empresas que corren el riesgo de tener pérdidas por esa escalada de precios.
Según el dispositivo presentado a la prensa por el primer ministro, Jean Castex, se beneficiarán todas las compañías, al margen de su sector y de su tamaño, en las que el gas y la electricidad represente más del 3 % de su facturación y estén amenazadas de caer en números rojos este año por la crisis energética.
El ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, que hizo hincapié en el carácter selectivo de este plan de resiliencia, anticipó que los sectores que más se acogerán a esas ayudas serán la metalurgia, la industria química, la del papel y el cartón, las industrias agroalimentarias y los agricultores.
En paralelo a esas subvenciones se reforzarán los préstamos garantizados por el Estado para las empresas energético-intensivas, que tendrán más flexibilidad para el aplazamiento del pago de los impuestos y de las cotizaciones sociales, así como para recurrir a los expedientes de regulación temporal de empleo.
Castex desgranó una serie de "respuestas específicas" para los sectores más impactados por la escalada de precios de la energía, empezando por el pesquero. Desde mañana y hasta finales de julio el Estado financiará una reducción de 0,35 euros por litro del carburante de los barcos.
Igualmente anunció una partida de 400 millones para los agricultores, y sobre todo para los ganaderos, que se enfrentan a un fuerte incremento del precio de los piensos, y diferentes mecanismos para el sector del transporte.
Para los particulares, el fin de semana pasado Castex ya había anticipado que desde el 1 de abril y durante cuatro meses se reducirá en 0,15 euros por litro el precio de los carburantes en las gasolineras.
Esa reducción, que va dirigida también a los profesionales, cubrirá también a los vehículos que utilizan gas natural (GNV) y gas de petróleo (GPL).
El primer ministro se esforzó en desmentir que el Estado esté ganando dinero con la subida de precios de la energía mediante los impuestos.
Precisó que los 22.000 millones que ha destinado a diferentes ayudas y dispositivos para contener los precios, sobre todo los del gas y de la electricidad, son muchos más que los 4.500 millones de ingresos adicionales por la vía de los impuestos.
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