El informe de la Comisión de Expertos para la Transición Energética no ha dejado títere con cabeza. Ha sido muy claro y rotundo en sus exposiciones. Tanto que de la transición energética que proponen sale una clara lista de ganadores y otra lista de perdedores. Por un lado, los que se ven más beneficiados de afrontar una reforma de este calado, y los que se ven más perjudicados en todo ello.
LOS GANADORES
1.- Sin duda alguna, el gran ganador es el consumidor. La reforma fiscal propuesta por los 14 sabios de la Comisión rompería en mil pedazos el actual mercado eléctrico. Sacar los peajes políticos de la tarifa eléctrica redundaría en una bajada de la misma del entorno del 7% que beneficiaría a todos los consumidores de electricidad.
Pero ojo, si ese consumidor de electricidad también posee un coche diésel, su beneficio se convertiría en pérdidas.
2.- La energía nuclear sale muy reforzada del informe de la Comisión de Expertos. Los distintos escenarios que manejan para 2030 ven inviable el cierre de las centrales nucleares, tanto por la subida de precios de la electricidad como por el gran incremento de las emisiones.
3.- La fotovoltaica se convierte en el eje fundamental del cambio energético de la próxima década. Para 2030 sería la principal fuente de electricidad en España, multiplicaría por 10 su capacidad instalada.
4.- Los autoconsumidores también se beneficiarían de la reforma de los peajes del sistema eléctrico al desaparecer el cargo,o también denominado impuesto al sol. Además, se agilizarían los trámites para las pequeñas instalaciones. La agregación de la demanda se convertiría una revolución en el mercado.
5.- El carbón tendría una segunda oportunidad para mantenerse en el mix, pero todo dependerá del precio del carbono que se imponga en el mercado. Si se queda como el actual, rondando los 7 euros por tonelada podría seguir sin problemas, pero si su precio se va a los 33 euros o más su viabilidad es escasa o ninguna. Depende de lo que haga finalmente Bruselas.
6.- El coche eléctrico sería también uno de los beneficiados y por tanto los gestores de carga. Eso sí, la previsión de los expertos en cuanto a número de matriculaciones es bastante bajo, aunque se espera que con el impuesto al diésel se beneficie al vehículo alternativo.
7.- El sector de la edificación. La eficiencia energética en los edificios es fundamental para alcanzar la descarbonización de la economía española.
8.- El gas ganará protagonismo en la próxima década para presumiblemente perderlo en las siguientes.
9.- Red Eléctrica por ser el operador del sistema eléctrico y el encargado de la red de transporte jugará un papel fundamental, más si cabe si salen adelante los proyectos de interconexión con Francia.
LOS PERDEDORES
1.- Los combustibles fósiles en general, y el gasóleo en particular. La subida del impuesto al diésel tendría un fuerte impacto en materia de transporte. Tanto desde el punto de vista de la oferta como de la demanda, el sector de los carburantes se vería muy perjudicado con esta medida.
2.- El sector petrolero es el más olvidado del informe. Como no había quién lo defendiera dentro de la Comisión, casi ha pasado desapercibido si no es por el impuesto a los carburantes.
3.- Aunque también sea uno de los ganadores, los consumidores se verán afectados de alguna manera con tanto impuesto, sobre todo los usuarios de coches de combustión interna. Al final, todo acaba repercutiendo en el consumidor final. Ojo al consumidor vulnerable, a ver si al final no se le presta la atención debida.
4.- La gran industria sale mal parada por la carga impositiva al carbono. Las plantas más contaminantes verán sus cuentas perjudicadas por la subida de impuestos y la más que probable subida del precio del carbono.
5.- Las zonas afectadas por la descarbonización pueden salir perdiendo si no se hace una transición justa. Las zonas donde se ubican las centrales térmicas de carbón necesitarán reconvertirse. También podría suceder con las localidades que acogen centrales nucleares, pero eso e momento es más improbable.
6.- La termosolar es la tecnología renovable más olvidada. Como si no existiera o pudiera ayudar al sistema eléctrico español. La eólica no es que tampoco salga muy bien parada por culpa del empuje de la fotovoltaica.
7.- El almacenamiento energético prácticamente lo dejan para más adelante. De cara a 2030 su presencia sería mínima. Aunque podría tener cierto protagonismo de cara al autoconsumo y los coches eléctricos.
4 comentarios
El principal fallo, junto a la falta de medidas para desincentivar el despilfarro eléctrico, desde mi punto de vista:
“7.- El almacenamiento energético prácticamente lo dejan para más adelante. De cara a 2030 su presencia sería mínima. Aunque podría tener cierto protagonismo de cara al autoconsumo y los coches eléctricos.”
También preocupante el anterior punto mencionado en el artículo, la termosolar. Una tecnología muy adecuada para las noches de 4 meses.
El problema de fondo es el mismo, considerar todos los kWh iguales, como bien explica Jorge Fabra https://economistasfrentealacrisis.com/tres-pilares-de-la-transicion-energetica/
Dabama, a mí cuando llega un KWh a mi casa, no logro distinguir si lo ha producido el viento o el sol. Si usted lo logra, por favor, cuéntenos cómo lo hace.
Tu no lo sabes, claro. Pero el Operador del Sistema sí. Las centrales eléctricas entregan su energía al Sistema que compone un kWh que contiene el mix tecnológico que es útil para que tu lo consumas. Y cada kWh cumple una función diferente en ese mix.
Es normal que a ti te parezcan todos iguales. Pero no lo son. Si lo fueran tendríamos un problema.
Buenas noches Julian,.
La dos formas de distinguir y asegurar que la procedencia de la energía es de origen renovable son:
1.- Consumir al menos parte de la energía mediante una instalación propia de generación distribuida “autoconsumo”.
2. Y contratar el servicio con una empresa que comercialice el suministro de la energía con dichas fuentes y lo pueda demostrar con sus propias plantas o compra producida en terceras.
Saludos