El proyecto de la nueva ley de cambio climático de la Unión Europea ha dejado un mal sabor de boca a las principales organizaciones ecologistas.
Greenpeace lamenta el proyecto de Ley climática presentado este miércoles por la Comisión Europea porque “da la espalda” a las recomendaciones científicas, no termina con las subvenciones a los combustibles fósiles y no incluye medidas para impulsar la reducción de emisiones de aquí a 2030.
La ONG lamenta que la ley climática deja “una década perdida” para actuar, un periodo que es “decisivo” para el “éxito o fracaso” en la lucha contra el cambio climático.
Asimismo, tampoco se pone fin a las subvenciones a los combustibles fósiles ni aborda sectores clave como el transporte y la ganadería ni incluye “ninguna medida” para impulsar la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
La ONG denuncia que la ley de cambio climático pone solo objetivos a largo plazo, para 2050, y alerta de que sin medidas que aseguren el fin de las subvenciones a los combustibles fósiles ni den pasos para abandonar los coches de gasolina o diésel y sin que se aborde la ganadería y los sectores industriales, la UE se precipita “hacia el fracaso”.
De momento, lamenta que el único compromiso “vinculante” del proyecto de ley contra el cambio climático es el de alcanzar cero emisiones en 2050, ya que el proyecto menciona el término “trayectoria intermedia” pero no propone objetivos nuevos para 2030.
Ecologistas en Acción quiere que la propuesta de ley climática presentada este miércoles en la Comisión Europea aumente, al menos, hasta un 65 por ciento la reducción de emisiones respecto a 1990 en 2030 para mostrar “coherencia” con sus propias palabras, ya que considera que el texto propuesto “no responde a la gravedad de la emergencia climática”.
Para la ONG la ley presentada “se pierde la oportunidad de afianzar los nuevos objetivos ya pactados” y “reforzar a la luz de los avances de los últimos meses la lucha climática”, en referencia a las movilizaciones masivas del último otoño y en la COP25 celebrada en Madrid.
El nuevo texto mantiene 2050 como el año de la neutralidad climática, pero sin mecanismo que presione para una revisión al alza de los objetivos mundiales antes de la COP26 de Glasgow, ya que carece de un compromiso “claro” de reducción de emisiones para 2030 y un mecanismo de revisión al alza de los objetivos de los países acorde a las indicaciones científicas.
En definitiva, critica que el texto presentado no solo retrasa a septiembre esta revisión por parte de la Comisión Europea, sino que además debilita la adopción del compromiso de reducción de emisiones del 50 al 55 por ciento, y deja abierta la puerta a que el compromiso oficial de la UE bajo el Acuerdo de París quede nuevamente en el 40 por ciento de reducciones de gases de efecto invernadero.
WWF considera que la presentación de la propuesta de ley de clima de la Unión Europea pone a los Veintisiete en el camino con una hoja de ruta pero que, sin embargo, carece de medidas drásticas para reducir “ahora” las emisiones de dióxido de carbono (CO2), ya que fija el objetivo de neutralidad climática en 2050.
Tras la presentación este miércoles del proyecto normativo, la jefa de clima y energía de la Oficina de Política Europea de WWF, Imke Lübbeke, ha apuntado la necesidad de impulsar reducciones masivas de emisiones “desde ahora”.
Sin embargo, el texto conocido es “tan solo una brújula” que señala la dirección general de la neutralidad climática cuando lo que se necesita es un “GPS climático”.
Por ello, insiste en que WWF considera necesario aumentar el objetivo para 2030 hasta una reducción del 65 por ciento de las emisiones y alinear así las políticas de la UE con los objetivos climáticos actuales. Además, propone que se cree un organismo científico independiente que asesore la acción climática.
“Los ministros de medio ambiente deben hablar mañana”, ha retado a los ministro del ramo de los Veintisiete que este jueves analizarán el texto.
Si bien, explica que la propuesta de ley climática contiene una revisión quinquenal del progreso de la UE y de los Estados miembros hacia la neutralidad climática a partir de 2023, y otorga a la Comisión Europea poderes para establecer una trayectoria de emisiones que la UE debería seguir más allá de 2030.
Pero además de esto, la ONG internacional quiere que para abordar la emergencia climática se incluya en el texto un objetivo de reducción del 65 por ciento en 2030 respecto a 1990 y lograr las emisiones netas cero en 2040 de acuerdo con lo que aconseja la ciencia.
Asimismo, considera que la ley también debería contener un objetivo separado para eliminar el CO2 de la atmósfera mediante la restauración de los bosques y otros ecosistemas, algo que no se menciona.