El secretario general de la ONU, António Guterres, volvió a la COP29, que atraviesa su recta final con las negociaciones aún encalladas, para pedir a los países que "suavicen sus líneas duras" y logren puntos de encuentro, pues "el fracaso no es una opción".
Así lo manifestó Guterres en la 29ª cumbre del clima de la ONU que estos días se celebra en Bakú, donde cerca de 200 países negocian sobre la manera de financiar la costosa transición y adaptación climática necesaria para atajar la crisis climática.
Ante la polarización y el estancamiento de las negociaciones, a menos de dos días de que termine -según el programa- la COP29, el líder de la ONU aseveró que el mundo no se puede permitir un fracaso en esta cumbre, pues eso podría amenazar "la ambición en la preparación de los nuevos planes nacionales de acción climática, con posibles impactos devastadores a medida que se acercan los puntos de inflexión irreversibles".
Además, "inevitablemente, dificultaría el éxito de la COP30 en Brasil", advirtió.
Las posiciones de los países en la COP29
"No olviden lo que está en juego", dijo Guterres, y recordó que la ciencia insiste en que no habrá forma de mantener el calentamiento global por debajo del grado y medio de temperatura (desde la época preindustrial) "si no se produce una eliminación progresiva de los combustibles fósiles, en un contexto de transición justa".
Tras escuchar a las delegaciones, Guterres trasladó a los medios su impresión de que los países siguen en gran medida aferrados a sus posiciones iniciales, y aseveró que "es el momento de salir de ellas y encontrar puntos de encuentro".
Así, hizo un llamamiento a los ministros y negociadores reunidos en la capital de Azerbaiyán: "Suavicen sus líneas duras; naveguen por un camino a través de sus diferencias y no pierdan de vista el panorama general".
"Yo no soy negociador, pero la Presidencia de la COP cuenta con mi plena cooperación en sus esfuerzos por alcanzar un acuerdo, basándose en el consenso de la semana pasada sobre los mercados de carbono y en los nuevos planes nacionales de acción climática que algunos países han anunciado", trasladó a los azeríes, anfitriones del encuentro.
La necesidad es urgente, las recompensas son grandes y el tiempo apremia
"Insto a todas las partes a que den un paso al frente, aceleren el ritmo y cumplan lo prometido”, señaló, pues “la necesidad es urgente, las recompensas son grandes y el tiempo apremia".
El diplomático subrayó que la financiación no es una "limosna", sino "una inversión contra la devastación que el caos climático sin control" infligirá a todos, "el anticipo de un futuro más seguro y próspero para todas las naciones de la Tierra".
También recordó a los países el compromiso al que llegaron el pasado septiembre a través del llamado ‘Pacto para el Futuro’, que incluye promesas relativas al acceso a la financiación, a la "actuación eficaz sobre la deuda" y al "aumento sustancial de la capacidad de préstamo de los bancos multilaterales de desarrollo, haciéndolos más grandes y audaces".
"El reloj no se detiene", agregó Guterres, y enfatizó que la COP29 "es una cumbre para hacer justicia ante la catástrofe climática".
"Todavía hay tiempo, todavía es posible, y confío en que se pueda llegar a un acuerdo", concluyó.
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