El Gobierno de Hungría elevó desde hoy el impuesto extraordinario a los "beneficios extras" de las empresas petroleras del 40 % al 95 %, lo que solo afecta a la petrolera privada MOL.
Esto significa que MOL, que además de ser la petrolera más grande del país, tiene una amplia red de gasolineras, pierde casi la totalidad de los ingresos generados con la compra del petróleo ruso de tipo Brent, más barato, que después vende refinado a precios más elevados, apunta la prensa local.
Según calcula el portal económico Portfolio, la petrolera húngara pagará así a la hacienda unos 1.164 millones de euros extras anuales, que según el decreto publicado anoche en la Gaceta Oficial, firmado por el primer ministro, Viktor Orbán, se añadirá al fondo especial para aliviar el aumento del coste de la energía.
La decisión de Hungría para MOL
MOL refina 9,6 millones de toneladas de petróleo anuales, de los que el 70 % proviene de importaciones de Rusia.
El Gobierno ha anulado recientemente el precio tope aplicado a la gasolina 95 y el diésel, que había introducido hace más de un año por la inflación, tras las alertas de MOL sobre la escasez de combustibles causada por un aumento de la demanda y una caída de las importaciones debido, precisamente, por esas limitaciones a los precios.
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