¿Qué hacer con una mina abandonada o que ha dejado de producir carbón? En la estatal Hunosa han encontrado una solución. Además, es pionera en todo el mundo. Ha convertido el Pozo Sotón en una atracción turística.
Ahora que estos días se ha celebrado Fitur, la hullera ha realizado una presentación de esta novedosa atracción turística que ha causado bastante estupor entre los presentes.
No se trata de una visita normal. Cuando se dice que es una atracción es por algo. Se trata de visitas guiadas para pequeños grupos de turistas que durante una jornada laboral entera conocen la historia de la minería pudiendo desarrollar, además, a más de quinientos metros de profundidad, diferentes trabajos propios de la minería.
Equipados con la indumentaria de trabajo –funda, guantes, equipo de respiración autónoma para casos de emergencia y casco con lámpara de seguridad- y acompañados en todo momento por los guías, “auténticos” mineros de HUNOSA, los visitantes experimentan la sensación de ser mineros por un día.
En la visita, los turistas reciben una charla de seguridad, recorren las instalaciones exteriores del Pozo conociendo la historia de la mina y toman la jaula (ascensor de la mina) que les deja, inicialmente, a casi cuatrocientos metros de profundidad. Una vez allí, el visitante inicia su trayecto por el interior recorriendo “La Jota”, una chimenea de ventilación, utilizada también como salida auxiliar, ejecutada manualmente y reforzada únicamente con piezas de madera.
“La Jota” tiene una longitud de 100 metros y la pendiente media supera los 43 grados. Su sección media de paso en algunos tramos es inferior al metro cuadrado, lo que en ocasiones obliga a avanzar arrastrado, con los pies por delante. Estas características son precisamente las que convierten este tramo en uno de los hitos de la visita.
Tras deslizarse por “La Jota” el turista aparece en novena planta, a 467 metros de profundidad. Allí, se instruye al visitante sobre las distintas formas de explotación que puede encontrar en una mina.
El trayecto incluye, entre otros alicientes, un taller de picadores en el que el turista puede probar suerte con el martillo y arrancar una piedra de carbón que podrá llevarse de recuerdo; un frente de barrenistas en el que también se puede experimentar en carne propia la dureza de esta esforzada labor; y el descenso por un plano casi vertical hasta décima planta, ya a 557 metros de profundidad, la cota más baja que puede visitar un turista en una explotación minera en Europa (casi cuatro veces la altura de la Torre Picasso de Madrid). Para finalizar, el regreso hasta la caña del Pozo se lleva a cabo en un tren minero que circula durante dos kilómetros a casi seiscientos metros bajo el nivel del suelo.
La atracción lleva un año y medio puesta en marcha. Desde junio de 2015. Hasta la fecha han sido ya más de 3.000 los visitantes que se han adentrado en los 140 kilómetros de galerías que pueden recorrerse desde la caña del Pozo.
Para valorar adecuadamente esta cifra hay que tener en cuenta que, por motivos de seguridad, la visita está restringida a pequeños grupos de turistas. Inicialmente, se pusieron en marcha con grupos de diez turistas mientras que, desde hace algo menos de un año, se ha ampliado a treinta personas por jornada. Además, dada su exigencia, la visita no es apta para todo tipo de público.
Desde que se puso en marcha el programa de visitas, el Pozo ha sido testigo de actos singulares. Por ejemplo, el Padre Ángel ha bajado a la mina para bendecir una imagen de Santa Bárbara de carbón; una pareja llevó a cabo una petición de mano; los principales clubes deportivos de Asturias mostraron su apoyo al proyecto con visitas; y el Pozo, ha acogido, incluso, la Primeria Feria de Turismo Minero.
Además, en este año y medio, Sotón se ha integrado, de la mano del Museo de la Minería y la Industria de Asturias (MUMI), en la Red Europea de Museos de Minería, red que suma conjuntamente más de un millón de visitas al año; ha sido escenario del rodaje de la película, “La Mina”, de la multinacional Warner Bros; se ha convertido en la primera mina del mundo visitable en Google Street View, plataforma social permite al internauta tomar la jaula, bajar al pozo y recorrer algunas galerías de la explotación; y se ha hermanado con el Descenso Internacional del Sella.
Toda una aventura al alcance de la mano.