Iberdrola, a través de su distribuidora en España i-DE, ha revisado un total de 25.000 kilómetros de líneas eléctricas (17.000 aéreas y 8.000 subterráneas) durante los seis primeros meses de este año.
En concreto, la empresa ha realizado reconocimientos regulares orientados a detectar las posibles anomalías en instalaciones eléctricas de estas características. Estas inspecciones se centran en elementos como los aisladores, conductores, herrajes o apoyos que pueden haberse visto dañados por rayos, caída de arbolado u obras próximas, entre otras causas.
La energética también ha llevado a cabo revisiones termográficas a lo largo de casi 15.000 kilómetros de líneas. Esta acción consiste en el reconocimiento de las infraestructuras eléctricas con helicópteros equipados con cámaras infrarrojas que miden la temperatura de las instalaciones. De este modo es posible detectar aquellos puntos que presentan temperaturas inadecuadas para corregirlos y evitar así interrupciones en el suministro.
Las redes de Iberdrola
Asimismo, los trabajos para prevenir incidencias en la red de distribución se completan con la limpieza de los pasillos por donde discurren las líneas, con labores de tala, poda y desbroce de la vegetación con riesgo de hacer contacto con los tendidos a lo largo de unos 2.000 kilómetros de líneas.
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