La inversión de capital en las redes eléctricas mundiales aumentó un 5% en 2023 con respecto al año anterior, hasta 310.000 millones de dólares, según un análisis de BloombergNEF, una buena noticia en un periodo en el que se produjo un aumento de la congestión de la red y de las colas de interconexión.

EEUU se situó a la cabeza con un gasto de 87.000 millones de dólares, de los cuales una parte importante se destinó a aumentar la resistencia de la red frente a amenazas como las tormentas, incluido el soterramiento de líneas eléctricas.

Las redes de distribución se llevaron la mayor parte del gasto en Estados Unidos, con un 64%, mientras que el resto se destinó a las redes de transmisión. La inversión en redes de distribución crece más en países con una demanda eléctrica creciente o que experimentan un rápido crecimiento de los recursos energéticos limpios distribuidos, dos situaciones que se dan en Estados Unidos.

China le sigue de cerca con 79.000 millones de dólares de inversión, en los que la integración de grandes grupos de energías renovables y la mejora de las capacidades de transmisión interregional, sobre todo en las regiones centrales, desempeñan un papel clave.

Por el contrario, la inversión en redes de India cayó hasta los 10.000 millones de dólares en 2023, continuando un descenso gradual desde el máximo de 14.000 millones alcanzado en 2020.

La inversión europea alcanzó los 60.000 millones de dólares, con una mayor proporción de gasto en digitalización y mejora de las redes de transmisión de alto voltaje, lo que refleja un enfoque variado en el fortalecimiento de la infraestructura de red en todo el mundo.

Varios países, impulsados por diversos imperativos, convergen en la necesidad de ampliar y modernizar sus redes eléctricas. Aunque algunas de estas inversiones están destinadas a cubrir necesidades inmediatas, también podrían ayudar a adaptar la red eléctrica a las ambiciones a largo plazo de energía neta cero.