En la década de los 90, Japón se convirtió en un criadero de campos de golf. Los construían como setas. Salían por todos lados. Tras el boom, llega la calma y al igual que en el sector inmobiliario, hay muchos campos de golf abandonados.
Algunas empresas han aprovechado esta situación para darle otra vida a estos campos abandonados. Se trata de construir plantas fotovoltaicas en estos recintos. Cambiar calles y greenes por paneles solares.
La semana pasada, Kyocera y sus socios anunciaron que habían iniciado la construcción de un proyecto de planta solar de 23 megavatios situada en un campo de golf en Kyoto. Programada para estar operativa en septiembre de 2017, esta instalación va a generar un poco más de 26.000 megavatios hora al año, o electricidad suficiente para abastecer a unos 8.100 hogares de la zona. La electricidad se venderá a una eléctrica local.
A finales de mayo, la compañía anunció un proyecto aún más grande que comenzará a construirse el próximo año en la prefectura de Kagoshima en un terreno que había sido designado para un campo de golf hace más de 30 años, pero que a día de hoy está abandonado. La planta de 92 megavatios incluirá más de 340.000 módulos solares y se espera generar cerca de 100.000 megavatios hora al año, o lo suficiente para alimentar a unos 30.500 hogares cuando entre en funcionamiento en 2018, según el portal qz.com.
Pero Kyocera no será la única empresa que haga estas conversiones. Pacifico Energy también construirá plantas fotovoltaicas en campos de golf abandonados. Por ejemplo, va a construir una planta solar de 42 megavatios en un campo de golf en la prefectura de Okayama, con la ayuda de GE Energy Financial Services. Ambas empresas están trabajando también en una planta de 32 megavatios, en Okayama, que debe entrar en funcionamiento en el primer trimestre del próximo año.
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