La Asociación Española del Hidrógeno (AeH2) confía en el "potencial" de España en materia de hidrógeno renovable, ya que dispone de "todos los eslabones, todos los mimbres, todas las herramientas" para que su producción se desarrolle con tecnología e industria nacionales.
En una entrevista con EFE con motivo del Congreso Europeo del Hidrógeno (EHEC), que se celebra hasta el viernes en Bilbao, el presidente de la AeH2, Javier Brey, insiste en que la estrategia del país prioriza el autoconsumo de hidrógeno frente a la exportación y recalca que, en cualquier caso, "Europa va a tener que importar" porque España "no puede abastecer" sola al Viejo Continente.
Brey responde así a los más escépticos respecto al futuro de este vector energético, empezando por Sumar, cuyo portavoz económico, Carlos Martín, ha manifestado recientemente su preocupación ante la idea de que el territorio nacional se pueda convertir en una colonia energética y ser los "rusos del sur".
No se exportará hidrógeno "caiga quien caiga"
"Se ha insistido muchísimo en que España va a exportar hidrógeno y eso, literalmente, no es así. Va a tener el potencial de exportar si lo desea, que es distinto. ¿Por qué? Porque vamos a tener hidrógeno abundante y barato", aclara en tono didáctico Brey.
Sin embargo, prosigue, la estrategia pasa por que la producción satisfaga, en primer lugar, las propias necesidades energéticas internas y así, de paso, "dejar de importar combustibles fósiles y descarbonizar la industria".
Si una vez echadas las cuentas se comprueba que sobra, ¿por qué no pensar en una tubería que permita exportar ese excedente y vender en el futuro?, se pregunta este apasionado del hidrógeno, como se autodefine, con casi tres décadas de trayectoria en el sector.
Eso sí, sólo se hará "si se dan las condiciones", si "hay potencial, hay mercado y ellos lo compran", pero "no caiga quien caiga".
Potencial en tecnología nacional
Pero esta "revolución" energética lleva aparejada una oportunidad de país para España, que cuenta con "todos los eslabones, todos los mimbres, todas las herramientas para que ese hidrógeno renovable se desarrolle con tecnología e industria nacional".
Brey presume, de nuevo, de "potencial", una palabra clave en su discurso y recita toda una serie de actividades presentes en suelo español, desde fabricantes de electrolizadores a productores de compresores, de depósitos, de tuberías, de pilas de combustibles...
"Tenemos tecnología nacional y la estamos exportando por todo el mundo", dice el presidente de AeH2, que pone de ejemplo el submarino S-80 de Navantia, que emplea hidrógeno.
En su opinión, si España logra quitarse "de encima" toda la dependencia energética, si consigue autoabastecerse de este vector energético verde y además crea, de aquí a 2030, 116.000 puestos de trabajo relacionados con esta actividad, podrá decir que ha tenido "éxito".
A partir de ahí, exportar es "un más a más".
Los flujos desde África y Latinoamérica, una ocasión
De cara a ese escenario de futuro, Brey incide en que el del hidrógeno es un "mercado global" y valora su hipotética producción en zonas como la costa del Mediterráneo, desde Egipto hasta Marruecos, Latinoamérica y Ucrania.
Respecto a las dos primeras geografías, la posibilidad de que éstas exporten sitúa a España como una pieza clave para su comercio, puesto que "casi seguro" que canalizan sus envíos a través de la Península Ibérica.
"Tenemos los tubos, los puertos, las plantas de regasificación. Somos un puerto natural de entrada de mercancías y también puede ser de hidrógeno limpio en Europa", recalca este ingeniero, que entiende que esta circunstancia da al país "un valor como 'hub' y como concentrador de esta energía" en esta región.
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