Una de las tecnologías clave para la transición energética es el almacenamiento. Pese a que hay muchas opciones existentes en el mercado, como los sistemas de bombeo hidráulico o las sales fundidas para plantas termosolares, no son alternativas para uso doméstico en combinación con autoconsumo. Con el Real Decreto que se ha anunciado aprobar en abril no solo se incluirá la supresión del ‘impuesto al sol’, efectivo desde octubre pasado, se abre la puerta a este nicho de mercado que todavía tiene mucho recorrido en España y que es la combinación perfecta para un suministro eléctrico de 24 horas al día.
Por el momento, el autoconsumo con almacenamiento no es una elección mayoritaria, entre otras cosas por los altos precios que todavía tiene esta tecnología, pero ¿cuándo será competitiva? “Para saberlo hay que tener en cuenta los precios de las materias primas y todo lo relativo a ellas tiene un margen de error importante”, explica a este diario José Antonio Afonso, responsable del segmento commercial building en Eaton España, una compañía internacional especializada en gestión de la energía, “pero sí que es cierto que podemos decir que en 2019 hay una estabilización de los precios. Están ya muy planos, por lo que prevemos que a corto plazo, en dos o tres años, sea más competitiva, incluso estaríamos hablando de una bajada de precios de entre el 5% y el 10%. Está difícil que lleguemos a dos dígitos”.
“No va a ser una reducción abrupta, por ejemplo que pudieran reducirse a la mitad en 2020, pero sí que es cierto que ahora empezarán a ser cada vez más atractivos”, añade, “es una tecnología mucho más nueva que la fotovoltaica. Un equipo básico de autoconsumo tiene una rápida amortización, pero en el caso del almacenamiento, y más concretamente del almacenamiento con litio y sus diferentes aleaciones, es una tecnología mucho más reciente. Aún así, y pese a la volatilidad de las materias primas, constatamos que a muy corto plazo va a empezar a bajar de precio”.
“Esa volatilidad tiene mucho que ver con razones geopolíticas que están detrás de las decisiones sobre los precios de las materias primas y eso es difícil de controlar por parte de las empresas del sector”, puntualiza.
Pero ¿por qué el ión-litio es la tecnología que triunfa para las instalaciones de autoconsumo o para almacenar energía en viviendas, pymes y empresas en general? “Es cierto que a día de hoy es la referencia del mercado. Su éxito radica en la buena relación peso-volumen y rendimiento y prestaciones. Además como la carga y la descarga se hace una vez al día, encaja con el tipo de consumo doméstico, de una pyme o de una industria. Hay otro tipo de baterías como las de plomo que también se utilizan mucho pero no presentan un desarrollo tan largo como el litio”.
Aún así, es una tecnología todavía cara, ¿cuánto se encarece una instalación de autoconsumo al que se le añade un sistema de almacenamiento? “Depende de cada instalación y del uso que se le vaya a hacer, pero estaríamos hablando en términos generales del entorno de un 40% más”.
“Precisamente ésa es una de las razones por las que, desde EATON, hemos buscado una alternativa que haga más rentable la instalación. A mediados de este año presentaremos una solución que incorpora a todos nuestros equipos de forma estándar un software que se conectará a la nube, es decir, a Internet. El usuario doméstico podrá aprovecharse de todas las ventajas de estas funciones avanzadas de monitorización, esté dónde esté” señala, “y la clave va a ser la comercializadora con la que se contrate la conexión a red. Esa alianza a tres, la comercializadora, el almacenamiento y el usuario final podrán aprovechar las oportunidades que ofrece el sistema. Y yo creo que hará aún más atractivo el autoconsumo en general y la variante con almacenamiento, porque en ningún caso aconsejamos desconectarse de la red con estas instalaciones”.
EATON propone que el registro de datos y monitorización de sus sistemas de almacenamiento se gestione desde la nube, y si el autoconsumidor quiere, que puedan hacerlo terceros, en este caso comercializadoras, “de esta manera, cuando hay un excedente almacenado, la comercializadora puede venderlo a otros consumidores, al sistema, a viviendas cercanas, pymes, etc.”, explica, “de esta manera ganan todos”.
“Hay una leyenda urbana que dice que la combinación de autoconsumo con almacenamiento reduce el número de conexiones a red, pero lo que proponemos nosotros es que se pueda dotar a microproductores de un sistema de autoconsumo con almacenamiento, que aunque sean 24 horas autónomos, una comercializadora pueda gestionar sus excedentes en la red en época de mayor demanda”, añade. ¿Eso se traduciría en convertir a esos autoconsumidores en agregadores de la demanda? “Sí, se podría decir que así sería”.
También parece un sucedáneo de balance neto, ¿es posible con la regulación que espera aprobar el gobierno en abril? “Aún no conocemos el texto definitivo, así que es pronto para aventurarse, pero si nos fiamos del que hay en el borrador entendemos que sería posible. La regulación debe evolucionar al ritmo que lo hace la sociedad y las necesidades del mercado, y creemos que esta normativa se adecúa a los nuevos tiempos para el sector”.
¿Esa alternativa también es viable para el sector industrial? “En la parte industrial, a corto plazo, contactando con el sector, con los usuarios finales en donde en muchos de los casos por su actividad industrial tienen picos de consumo, asumen que les van a penalizar, es un patrón bastante común”, aclara, “ese usuario ya sabe y ya tiene asumido en su factura mensual que durante determinados días u horas al día o semanas al año, en función de su actividad empresarial, va a tener penalizaciones”
Por eso, “para este tipo de consumidores, que en una gran mayoría tienen un consumo muy dispar y con muchos picos, el almacenamiento que sea capaz de mitigar esas horas al día o esas semanas al año y lo convierta en un consumo plano, les beneficiaría, porque les ahorraría en la factura y en las posibles penalizaciones, con lo que la amortización de estas instalaciones sería más rápida”.
La propuesta que hace EATON ya tiene un claro ejemplo, el del estadio holandés del Johan Cruiff Arena y que pudo visitar El Periódico de la Energía hace unos meses. Se trata de una infraestructura que en días puntuales al día o al mes, cuando hay un partido o cuando hay un evento, tiene una demanda muy grande de energía, pero la mayoría de las horas está en modo reposo y puede suministrar su excedente al distrito en el que se encuentra. “Es un caso extremo porque las dimensiones de esta instalación son enormes, pero ese patrón se repite mucho en el sector terciario. Así que bien dimensionado se pueden incorporar sistemas de almacenamiento y el consumidor vería rápidamente el beneficio económico”.
Se inaugura en Amsterdam el sistema de almacenamiento más grande de toda Europa con baterías usadas
“Entendemos que una de las claves y sobre todo para intentar llegar al gran público y que pueda entender las ventajas y los beneficios del autoconsumo con almacenamiento, especialmente para equipos domésticos o pequeño terciario, es proponerles esta utilización de software y la monitorización que se pueda conseguir con ello”, concluye Afonso.