La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha indicado que el reequilibrio del mercado petrolero se está acelerando, lo que podría consolidar la tendencia a una reducción de las reservas, aunque uno de los elementos clave será la decisión que tome la OPEP sobre la continuación de sus recortes de producción.
En su informe mensual sobre el mercado petrolero, la AIE ha destacado que en el primer trimestre el mercado estuvo "casi equilibrado", y aunque siguieron aumentando ligeramente las reservas (con 0,1 millones de barriles diarios suplementarios), las cosas están cambiando.
En marzo, las reservas industriales de los países de la OCDE se redujeron en 32,9 millones de barriles (equivalente a 1,1 millón de barriles diarios), el segundo descenso mensual consecutivo allí.
Para abril, los autores de la agencia indicaron que, asumiendo que el resto de los elementos se hayan mantenido según lo previsto, la disminución de las reservas se debería haber situado en 0,7 millones de barriles diarios.
Adoptando el mismo escenario, la caída debería ser todavía mayor en la segunda mitad del año. Pero eso está a expensas, en primer lugar, de las decisiones que se tomen el próximo día 25 en la reunión ministerial de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en la que se examinará una prolongación de las medidas de recorte de producción para apuntalar los precios.
La AIE constató que en abril el cumplimiento de los acuerdos de contención fijados entre el cártel y otros 11 países productores se cumplieron en un 96%.
En concreto, la producción de la OPEP creció en 65.000 barriles diarios suplementarios hasta 31,78 millones de barriles diarios, ya que las aportaciones suplementarias de Nigeria y Arabia Saudí compensaron con creces los descensos de Libia e Irán.
En cualquier caso, el cártel extrajo en abril 535.000 barriles diarios menos que en el mismo mes de 2016.
Pero en paralelo, Estados Unidos está sacando al mercado cada vez más crudo gracias a sus explotaciones de esquistos que se están desarrollando más rápido de lo esperado, y la agencia revisó al alza sus expectativas sobre este país.
Solo en febrero, la producción estadounidense subió en unos 200.000 barriles diarios hasta 9,03 millones, lo que significa el nivel más elevado desde marzo de 2016.
La AIE calculó que, al terminar 2017 Estados Unidos estará produciendo 790.000 barriles diarios más que cuando acabó 2016, es decir, 100.000 más de los que había anticipado el mes pasado.
Por lo que respecta a la demanda global, los autores del informe explicaron que han revisado a la baja ligeramente (45.000 barriles diarios menos de lo anticipado en abril) sus previsiones para el conjunto del año, teniendo en cuenta los datos del primer trimestre.
En concreto, el consumo será este ejercicio de una media de 97,9 millones de barriles diarios, 1,3 millones más que en 2016.
En el primer trimestre, el ascenso con respecto al mismo periodo de 2016 fue de únicamente un millón de barriles diarios más, lo que se explica, sobre todo, por el comportamiento constatado en Estados Unidos, Alemania, Turquía e India.
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